“I’ll stand by you”, promete Chrissie
Pretenders sacuden Cap Roig con su punk de los 80 y los ‘hits’ que los han mantenido vivos
A los cinco segundos de empezar, Chrissie Hynde detiene el concierto:
–¡Tú! –señala a alguien en las primeras filas, con un rugido con el que nadie quisiera verse interpelado. No es un rugido de contralto, el tono de su voz, sino como de John Rambo en un mal momento. –¡Basta de móvil! Y esto no ha hecho más que empezar. La noche promete. Pantalones vaqueros, deportivas blancas, camiseta azul marino sin mangas. Prosigue, o reempieza, con los acordes de Alone.
Tres segundos después, lo mismo. Amenaza con irse, pero ahora da algunas explicaciones. “Si siguen los móviles, nos vamos y que os devuelvan el dinero”, declara. Silencio en Cap Roig. La vieja rockera pone cara de no engañar.
Por tercera vez el concierto arranca, esta vez sí. Son las diez y diez de la noche, y los Pretenders se disponen a llenar de rock el fabuloso escenario de Calella de Palafrugell, frente a un mar sin tiburones.
Arrancan con la amenaza recién proferida, Alone, el tema que da nombre a su nuevo álbum. Un poderoso ejercicio de rock, de pocas concesiones, en el que cada tema parece estar explicando el capítulo de un desamor.. Porque después de
Alone vienen Never be togheter, Let’s get lost, The man you are, One
more day, I hate myself o Death is not enough, entre otras… Aunque anoche cantase apenas cuatro temas de
Alone (Gotta wait, en segundo lugar, Let’s get lost y I hate myself )y, como en lo que lleva de gira, obviase el temazo Holy conmotion, que con una cierta campaña alcanzaría los registros de popularidad de algunos de los grandes hits de los Pretenders. Pero seguramente eso a la gran Chrissie le importa un pimiento. Estamos ante una mujer que, cuando trabajaba para pagarse los estudios de Bellas Artes en Inglaterra (ella es de Akron, Ohio), fue despedida por pelearse con un cliente. Anoche, superada la bulla inicial de los móviles, se metió a Cap Roig en el bolsillo. Tanto por su actitud y su entrega rockera como por su humor socarrón.
A uno le preguntó cómo llamaba, o cómo se pronunciaba, el lugar en el que estaban: “Calella”. “OK, Calela”, rio. En Calella estaban el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, la tenista Conchita Martínez, el director general de la Fundació Bancària La Caixa, Jaume Giró, y la consellera de Governació, Meritxell Borràs, entre otras personalidades.
Buena parte de los temas del conciertazo de anoche procedían de sus dos álbumos iniciales, Pretenders y Pretenders II, dos discazos que siguen sonando con todo su arte y contundencia. Una decena de temas –de los veinte previstos– procedían de aquellos inicios, posiblemente los menos recordados por la concurrencia de Cap Roig: Message of love, Kid, Hymn to her, Stop your sobbing, Brass in pocket, Mystery achievement, I go to sleep, The wait, Tattooed love boys y Precious. Chrissie Hynde, en realidad la única integrante de los Pretenders que sigue desde el primer día (en 1978)
La mitad de los temas de anoche proceden de los dos primeros álbumes de los Pretenders, de 1980-81
de la banda, introdujo además un tema de su carrera en solitario,
Down the wrong way, del disco Stockholm. Eso, antes de introducir en el set list I hate myself. Al acabar, nuevo diálogo con el público:
–¿Es tu marido? – le preguntó a alguien de la primera fila. “Es mono. Seguro que lo estás haciendo mejor que yo, créeme”. Antes había explicado que su español era pésimo pese a haber tenido una pareja colombiana y a que el español es casi el idioma oficial de Los Ángeles. La fiesta fue total con Brass in the
pocket, con la platea entera en pie, bailando y aplaudiendo, y con la subsiguiente y formidable I’ll stand by you, que invita a alterar el título:
We’ll stand by you. Grandísima