Un nombre conflictivo
La justicia ha dado el visto bueno al cambio de nombre de CDC, actual PDECat.
Casi un año después de la refundación, el nombre del partido que sustituyó a CDC aún colea. La denominación de la nueva formación nació gafada y, después de no pocas vicisitudes hasta conseguir ser inscrita –en septiembre del 2016– en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior como Partit Demòcrata Europeu Català (PDECat), ahora acaba de superar un último recurso por la imagen corporativa finalmente adoptada.
La razón se la ha dado la subdirección general de Política Interior y Procesos Electorales del mismo Ministerio del Interior al desestimar el recurso interpuesto por Demòcrates de Catalunya contra la imagen corporativa adoptada por el PDECat y, específicamente, contra la descripción tipográfica de la denominación de la formación. El partido creado a partir de la escisión de UDC, y registrado oficialmente mucho antes que el sucesor de CDC –en agosto del 2015–, ya se había opuesto al primer nombre escogido, aunque después había aceptado la modificación propuesta con la inclusión del término europeu, pero una vez conocida la imagen corporativa, el símbolo y el logotipo definitivos decidió, a través de Antoni Castellà, interponer el recurso –en marzo pasado– que ahora le ha desestimado el Ministerio del Interior.
Demòcrates de Catalunya pretendía, por un lado, que el PDECat no pudiera utilizar la versión abreviada de Partit Demòcrata –que de hecho es la que usa preferentemente en todas sus comunicaciones públicas– y tuviera que utilizar siempre el nombre completo junto a las siglas y el logotipo y, por otro, que la presencia del término europeu no fuera relegada a un segundo plano en relación al resto de palabras del nombre. La formación argumentaba riesgo de confusión –unido al hecho de que el logotipo de los dos partidos es de color azul–, extremo que en las alegaciones del PDECat David Bonvehí negó.
El caso es que la resolución del Ministerio del Interior pone fin a la vía administrativa y abre la judicial a través del contencioso administrativo. Y lo que tiene que decidir ahora Demòcrates de Catalunya –ayer anunció que lo hará en julio– es precisamente si recurre la negativa a la justicia. Es la consecuencia del litigio entre demócratas, los dos, además, socios de Junts pel Sí.
La escisión de Unió decidirá en julio si recurre y lleva el caso a la vía judicial