Trump acuerda con Putin gestionar juntos la crisis de Corea del Norte
Ambos líderes pasan página de sus diferencias y acercan posiciones sobre Siria
La estrategia de política exterior de Donald Trump sigue sorprendiendo a propios y extraños combinando iniciativas acordes con la desarrollada por sus antecesores con cambios bruscos del statu quo. Ahora se propone gestionar la crisis de Corea del Norte con las potencias rivales que han venido apoyando al dictador Kim Jong Un, es decir, la República Popular China y Rusia. El presidente de Estados Unidos conversó ayer por teléfono con el líder ruso, Vladímir Putin, y se mostró dispuesto a explorar conjuntamente con él lo que se debe hacer para afrontar la amenaza nuclear que plantea el dictador norcoreano.
El escueto comunicado de la Casa Blanca señaló, entre otras cosas, que Trump y Putin “hablaron sobre la mejor manera de resolver la situación muy peligrosa en Corea del Norte”. El comunicado del Kremlin señaló que “trataron a fondo la situación en la península de Corea”.
La amenaza nuclear norcoreana, de la que Obama ya advirtió a Trump que era el problema más grave que el Gobierno de Estados Unidos tenía sobre la mesa, ha obligado a Trump a mover ficha y lo ha hecho rectificando posiciones. El presidente de Estados Unidos señala ahora al líder chino, Xi Jinping, como el gran aliado que ayudará a Estados Unidos a disuadir a Corea del Norte de nuevas provocaciones. El secretario de Estado, Rex Tillerson, advirtió en las Naciones Unidas que Washington no descarta la acción militar si fuera necesario impedir que el régimen de Pyonyang desarrolle un arma nuclear que apunte a Estados Unidos.
Sin embargo, tanto Xi como Putin han convencido a Trump de que la mejor estrategia disuasoria es rebajar la tensión con Kim Jong Un. La oficina de prensa de la presidencia rusa hizo hincapié en que Putin hizo un llamamiento para rebajar el nivel de tensiones. Putin y Trump acordaron “establecer una colaboración orientada a las soluciones diplomáticas para la solución compleja de los problemas”. Y siguiendo los consejos de los líderes de las potencias rivales, Trump ha vuelto a escandalizar en Washington al declarar que estaba dispuesto a reunirse con el dictador norcoreano. “Pienso que reunirme con él [Kim Jong Un] estaría bien y para mí sería todo un honor poder hacerlo. Absolutamente. En las circunstancias adecuadas, me gustaría hacerlo”.
Ningún presidente en ejercicio se ha reunido hasta la fecha con los dictadores de Corea del Norte y la
boutade de Trump fue valorada como “imprudente” por senadores expertos en Defensa como John McCain y Lindsey Graham. En opinión de estos congresistas, lo único que justificaría la reunión de Trump sería para comunicar la renuncia del Corea del Norte al arma nuclear. Si no fuera para eso, “Trump estaría legitimando a un dictador que atropella los dere- chos humanos”, señaló McCain.
El contacto telefónico de ayer de Trump con Putin es el tercero de cuantos han mantenido ambos líderes desde que Trump asumió la presidencia, y la primera conversación que mantenían desde que el presidente de Estados Unidos autorizó el ataque contra una base aérea siria en represalia por el ataque con armas químicas de Bashar el Asad. Entonces Trump declaró que la relación de Washington con Moscú se encontraba en su “nivel más bajo” y acusó a Putin de complicidad en el asesinato masivo de niños. Sin embargo, el comunicado de la Casa Blanca adoptó ayer un tono absolutamente reconciliador. “La conversación fue muy positiva e incluyó el debate sobre la creación de zonas de tensión reducida”, que es una propuesta adelantada por Moscú. Además, Trump se comprometió a enviar un representante a las negociaciones de alto el fuego que se celebrarán en Astaná (Kazajstán) esta semana.
La información oficial rusa añadía un dato que no figuraba en el comunicado de la Casa Blanca. Según el Kremlin, ambos líderes expresaron su esperanza de poder reunirse en persona el próximo mes de julio en Hamburgo, aprovechando el marco de la cumbre del G-20.
El Kremlin, pero no la Casa Blanca, afirma que ambos desean un encuentro personal en julio en Hamburgo