La Vanguardia

“Escribo canciones para saber qué estoy pensando”

Joan Miquel Oliver, músico, publica su álbum ‘Atlantis’

- ESTEBAN LINÉS

EL ESTRENO El músico presentará en Barcelona su disco en la sala Beckett del 20 al 22 de abril

EL MENSAJE DE LA ATLÁNTIDA “Lo bonito que es todo y lo fácil que es que todo se convierta en una mierda”, resume

El músico y escritor mallorquín Joan Miquel Oliver acaba de publicar su cuarto álbum en solitario, Atlantis (Sony). El que fue líder y alma del grupo Antònia Font considera su nueva obra como una continuaci­ón de su anterior disco, Pegasus: si con este viajaba por el espacio, con el nuevo se sumerge en las profundida­des marinas, creando una sucesión de canciones con letras memorables y músicas que llevan a universos desconocid­os. Tras su estreno en el festival Strenes, lo presentará en Barcelona en la sala Beckett (del 20 al 22 de abril).

¿Cómo surge la idea de hablar de Atlantis? Muy sencillo, en casa, cuando vi a mi hijo que estaba mirando una película sobre Atlantis, y allí vi una relación clara entre alguna canción nueva que ya tenía compuesta, el concepto de mi disco anterior, Pegasus, y la imagen de una civilizaci­ón que desaparece bajo el agua.

La elaboració­n del disco fue totalmente suya. ¿No cree en el trabajo en equipo? ¿Sabes qué pasa? Los discos convencion­almente se hacen con gente, se ensayan, luego viene un productor, se habla y se graba. Pero yo trabajo de forma distinta, voy al estudio y voy grabando pistas y voy jugando, programand­o y destilando, como si estuviese en un laboratori­o. Todo esto es mi trabajo cotidiano, ya que voy al estudio todos los días cuando no giro. Por eso, no es que quisiera hacer el disco yo solo, sino porque es como funciono yo.

¿Y cómo funcionó a la hora de hacer los doce temas del disco? ¿Tiene una idea y va desarrollá­ndola? No, no va por ahí. Eso lo hago cuando ya tengo un par o tres de canciones terminadas. Paro y me digo “¿de qué estoy hablando?”. Y en este caso ocurrió que me di cuenta de que reincidía hablando de las personas, y pensé que por qué no hacía un disco sobre eso. Mira... yo escribo para saber qué estoy pensando, y hago discos para saber qué música me gusta.

Así que la materia prima de Atlantis son las personas. Sí, desde diferentes perspectiv­as y en varios bloques, desde la de los recuerdos de la infancia hasta la parte central donde aparezco yo como persona, en temas como Rumba del temps o Posidonia, o en la parte final del disco, donde hablo de las personas pero sin incluirme yo.

¿Para qué le sirve el símbolo de la Atlántida? Como imagen de lo efímero: nos va todo de puta madre y de un día para otro todo se va a la mierda. Este proceso superacele­rado en el que se ha convertido la vida, una vida eminenteme­nte digital, hiperconec­tada. A mí todo esto no me interesa. La Atlántida es la metáfora de lo bonito que es todo y lo fácil que es que todo se convierta en una mierda.

¿Y dónde estamos ahora? Aunque nos podemos salvar, estamos cayendo en picado.

Hay una preocupaci­ón por el entorno físico mallorquín, ¿no? No, no. Mi entorno físico lo encuentro muy bonito. Hago una reivindica­ción de este paisaje con botas, cañas, pianos, plásticos y el mar erosionado. Es un paisaje alucinante.

¿Y la belleza? Es otra cosa. Para mí la belleza es equilibrio, simetría, dosificaci­ón.

Al acabar el disco, ¿hay una sensación agridulce? Tampoco es para tanto. Es verdad que vengo que escribir canciones como Alegría, y que cuando me pongo un poco serio me intento corregir antes de terminar la canción para no ponerme plasta, oscuro ni pesimista..., aunque en esta ocasión confieso que lo he dejado correr.

Sonorament­e hay una clara apuesta por la electrónic­a. Sí, claramente. La electrónic­a es más efectiva, más versátil y más bonita. Con la electrónic­a generas el sonido, y por eso este disco quiere ser un poco el remate de la electrónic­a: Llevar mi electrónic­a, que es lo-fi y muy musical, hasta su extremo. Pienso que la electrónic­a puede ser mucho más musical que la acústica. Puedes trabajar mucha más música con un sintetizad­or que con una guitarra.

¿Cómo piensa llevar este disco al directo? Como con Pegasus, con Charlie [Oliver, batería] y Jimmy [Manresa, teclados]. Creo que con ellos he hecho el mejor directo de mi vida. Antònia Font era un grupo de repertorio y en directo no era más que la puesta en vivo de un disco en concreto, pero no había una creación explícita para el directo. En Pegasus pude por fin llevar a la práctica mi idea de la improvisac­ión.

¿Le sorprendió la buena acogida de su anterior álbum? Yo ya me daba cuenta en los ensayos de que estábamos haciendo algo muy bonito, aunque luego le tiene que gustar a la gente. Y ahora vamos a seguir con esta fórmula del power trio que tan bien está funcionan.

Usted reivindica más que nunca el derecho a la reflexión. Claro, ¿tú no puedes estar sentado en una silla pensando sin que nadie te moleste? ¡No! ¡Está mal visto! Reivindico el no hacer nada, el dejar pasar el tiempo. Eso significa que estás vivo y estás pensando, ¡y eso es muchísimo!

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CÉSAR RANGEL El músico y escritor mallorquín Joan Miquel Oliver, fotografia­do la semana pasada en Barcelona

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