Port Fòrum sacará los barcos hundidos en una semana
Las primeras hipótesis apuntan a que el fuego lo provocó una chispa de una batería o un cortocircuito en la instalación eléctrica
El director general de Port Fòrum, Juan Conde, confirmó ayer que las labores para reflotar las seis embarcaciones que permanecen hundidas en el fondo de la dársena D-5 tras el incendio de ayer se prolongarán durante una semana. Las llamas se iniciaron en la embarcación de un matrimonio francés, que no pudo sofocarlas con los extintores de la embarcación. El fuego acabó por calcinar diez barcos. Las causas, según las primeras hipótesis, apuntan a una chispa de una de las baterías autónomas o a una disfunción del sistema eléctrico. “Todos eran barcos de gran eslora muy nuevos, no tenían más de dos años, por lo que en el mercado tendrán un coste de unos tres millones de euros”, detalló ayer uno de los marineros testigos del incidente.
Por el momento, los peritos de las compañías aseguradoras de las embarcaciones que ayer quedaron destrozadas en dos incendios han empezado a recabar datos para cuantificar los daños. En paralelo, el Departament d’Interior de la Generalitat también ha abierto una investigación “exclusivamente de carácter interno, que no se divulgará y que será enviada directamente al juez que lleve el caso”, según avanzaron ayer fuentes de la conselleria.
Los investigadores analizarán las declaraciones de los testigos presenciales, que junto a varios usuarios de la instalación portuaria coincidieron ayer en señalar que el segundo siniestro, que calcinó otras cinco embarcaciones, se podía haber evitado de haber quedado en el puerto un retén de los bomberos. Aseguran que “no quedó ni un efectivo de seguridad, pese a que uno de los barcos aún humeaba” .También confirman que tanto en el primer incendio, que se declaró a las siete de la mañana del domingo, como en el segundo, que se reavivó a las 14.30 horas, los bomberos “tardaron pocos minutos en llegar”, por lo que pudieron evitar lo que hubiera sido una catástrofe de enormes proporciones, ya que el intenso viento de garbí empujaba rápidamente las llamas por el material inflamable que quedó en suspensión en el agua, pese a las barreras de contención instaladas para evitar que la contaminación se propague. La virulencia de las llamas obligó a evacuar a 21 personas de otras embarcaciones próximas al siniestro.
Sobre el segundo incendio, Conde declaró: “No sabemos si se pudo evitar, pero no pediremos explicaciones. No nos corresponde a nosotros hacerlo”. Una vez finalizado el proceso de investigación “se informará a las compañías aseguradoras” ya que todas las embarcaciones siniestradas cumplían con los requisitos legales, tenían los papeles en regla y los seguros al día.
Desde la concesionaria del puerto, aún están intentado localizar a algunos propietarios de los yates destruidos. La mayoría son de nacionalidad alemana y francesa que sólo vienen en época de vacaciones. En el momento del siniestro, únicamente el barco donde se iniciaron las llamas estaba ocupado.
Los armadores deberán asumir el coste de reflotar sus embarcaciones, mientras que las compañías de seguros se harán cargo de la limpieza de los residuos tóxicos que flotan en la dársena y del proceso de descontaminación. Conde detalla que desde el puerto “se coordinarán todas las acciones”, la operación de los buzos, lo que permitirá conocer la situación de las embarcaciones hundidas y la labor de las empresas especializadas en su extracción.
Una investigación oficial analiza la ausencia de los bomberos durante el segundo incendio