El pulso entre Rusia y EE.UU. también condena a Yemen
Londres intenta reabrir la vía política ante las reticencias de Moscú
Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, visitó Yemen en agosto del 2015 y dijo que, después de cinco meses bajo las bombas de la coalición militar liderada por Arabia Saudí, el país estaba peor que Siria tras cinco años de guerra. Desde entonces, todo a ido a peor, hasta el punto de que las opciones para una paz negociada son prácticamente nulas. El pulso diplomático entre Rusia y Estados Unidos condena a los yemeníes a seguir en guerra, del mismo modo que también hipoteca el futuro de Siria.
Este enfrentamiento propio de la guerra fría volvió a escenificarse ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde el Reino Unido tenía previsto presentar una resolución para “un alto el fuego inmediato” que permita reactivar el proceso de paz. Rusia, sin embargo, recibió la iniciativa con el mismo escepticismo con el que hace unos días recibió la nota, también británica, acerca del ataque saudí contra el funeral de un jefe tribal que el sábado pasado dejó 140 muertos y 525 heridos al sur de Saná. Moscú lamentó que la nota no condenara de forma explícita al ejército saudí.
Arabia Saudí lucha en Yemen con el apoyo de Estados Unidos y las monarquías del Golfo, una coalición muy similar a la que combate en Siria contra el régimen de Bashar el Asad.
La coalición que apoya a Damasco la encabeza Rusia y cuenta con el decidido apoyo de Irán y Hizbulah.
Irán, asimismo, es el principal aliado de los rebeldes yemeníes, que luchan contra la coalición saudí y norteamericana.
El Kremlin no está en Yemen, pero no tiene ninguna intención
El Asad asegura que la conquista de Alepo “será un trampolín para recuperar el resto de Siria”
de facilitar las cosas a la Casa Blanca. Critica que el secretario de Estado, John Kerry, pida una investigación sobre los presuntos crímenes de guerra que la aviación rusa comete en Alepo y no diga nada sobre los ataques de los cazas saudíes contra la población yemení. De los más de 6.800 muertos en Yemen, dos tercios son civiles. El bombardeo de un mercado en Moka el pasado julio dejó 65 muertos (10 niños) y otras 97 personas, entre ellas 25 niños, murieron en marzo en otro mercado bombardeado en Mastaba.
Las atrocidades en Yemen palidecen ante las noticias del asedio a Alepo, donde mueren decenas de personas casi cada día. El presidente El Asad dio a entender ayer que muchas más morirán. Al ser entrevistado por un diario ruso, dijo que sus tropas, con apoyo ruso e iraní, “seguirán limpiando el área” y que Alepo, una vez conquistada, “será un trampolín para recuperar el resto de Siria”.
Kerry y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se ven hoy en Lausana para hablar de Siria. Les acompañarán diplomáticos turcos, saudíes y, posiblemente, también qataríes. Lavrov ya ha adelantado que no espera nada de la reunión. Considera que la única salida la marca la declaración de Viena de noviembre del 2015: gobierno de transición sirio (con Bashar el Asad) y derrota de los terroristas, incluido el Frente Al Nusra, que cuenta con el apoyo de Arabia Saudí. Junto a los rebeldes aliados de Estados Unidos también hay grupos islamistas que Moscú y Damasco consideran terroristas.