“Me fijaba en su timidez, no en las notas”
El periplo de una familia hasta saber que su hijo, que este curso ha pasado de cuarto a sexto, es superdotado
De pequeño, cuando iba al parque no jugaba con otros niños. Su madre cargaba con cubos, palas y otros juguetes para intentar que se relacionara pero a la que le cogían algo, él prefería irse. “Me daba la sensación de que no era un niño feliz...”, dice. A diferencia de la mayoría, Gabriel no mostraba entusiasmo ni en el parque, ni en la playa, ni en Port Aventura... Lo que le gustaba y le sigue apasionando son las historias. Los dinosaurios, los planetas, los romanos… El niño no toleraba ni la mentira ni lo que él consideraba una injusticia. Y si pasaba, respondía con un enfado, un bloqueo o una profunda tristeza. Jugaba solo en el patio del colegio pero su expediente académico brilló desde el primer día. Después de años de psicólogos y tests, los especialistas han concluido que Gabriel es superdotado. Con diez años, acaba de pasar de cuarto de primaria a sexto de primaria.
Los padres de Gabriel se fijaban más en la timidez y la falta de habilidades sociales de su hijo que en los informes escolares, siempre excelentes. “Sacaba buenas notas, pero era el primer hijo, no tenemos sobrinos y tampoco vas comparando con el resto de la clase...”, explica su madre. Al final de P5, la profesora, deslumbrada por la capacidad de raciocinio del niño, apuntó la posibilidad, pero no fue hasta segundo de primaria cuando la tutora planteó por primera vez seriamente la cuestión: el perfil de Gabriel encajaba con el de un niño con altas capacidades.
“Entonces empecé a leer y a informarme sobre el tema... y comencé a entender muchas cosas”, dice la madre. La mirada profunda y siempre atenta de Gabriel, su facilidad e interés para aprender lo que le interesa, su memoria privilegiada, sus enfados, su preferencia por estar solo antes que tolerar ciertas situaciones...
En tercero llevaron por primera vez a su hijo al Centre de Infància i Família (CIF) de Tarragona, donde viven. La psicóloga le hizo el test y Gabriel sacó un coeficiente de 142 (a partir de 130 se considera altas capacidades). Lo repitieron y sacó un 134. En paralelo, los padres de Gabriel apuntaron al niño a la granja escuela Corral de Neri, que trabaja la inteligencia emocional. Se reunió con la responsable de la EAP (equipo de asesoramiento pedagógico) de la escuela, “no es que no quieran atenderte, es que no pueden... Tienen que encargarse de las necesidades de todos los alumnos, y hacer un test de altas capacidades son cinco sesiones de trabajo con un solo niño”, lamenta la madre. Así que llevó al pequeño a un centro especializado de Tarragona, Hypatia.
Pasó el curso y, ya en cuarto, la madre volvió a pedir reunión con la EAP. Como miembro del consejo escolar también insistía en la necesidad de prestar más atención a los niños con altas capacidades, a la posibilidad de trabajar de forma más transversal... “Algunos pensarán que soy muy pesada, pero eso beneficiaría a todos los alumnos...”.
Este verano, con el informe de su hijo terminado, que concluye que Gabriel tiene altas capacidades intelectuales con un perfil de superdotación, el director le propuso la posibilidad de que el niño saltara un curso. La decisión no ha sido fácil. Escucharon al niño, a profesores y a la pedagoga y han dado el paso. “A falta de otros medios, la aceleración es un recurso”, dice ella. El hermano pequeño de Gabriel también apunta altas capacidades. La familia trata de gestionarlo lo mejor que puede. Tiempo, dedicación y... dinero. “Yo era partidaria de tardes libres para los niños... pero intentas proporcionarle lo que necesita y la escuela no puede darle...”. Gabriel va a clases de ajedrez, de robótica, toca la gralla, va al centro pedagógico, a la granja escuela... El año pasado aprendió italiano con la tableta y este quiere apuntarse a clases de ruso. Ha dejado momentáneamente el baloncesto. Ahora se reserva tiempo para los deberes, aunque le gustaría mejorar en ping-pong...
EL CARÁCTER De pequeño, Gabriel prefería estar solo a tolerar situaciones que consideraba injustas
UN EXPEDIENTE BRILLANTE En segundo, la tutora planteó por primera vez que el niño podía tener altas capacidades