La Vanguardia

Siria enfrenta a Rusia y EE.UU.

Washington pide prohibir los vuelos y Moscú envía un portaavion­es

- FRANCESC PEIRÓN TOMÁS ALCOVERRO

El icónico edificio de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU), en la Primera Avenida de Manhattan, se ubica a miles de kilómetros de Alepo. El secretario general de la institució­n, Ban Ki Mun, recortó ayer las distancias.

“La tragedia siria nos avergüenza a todos”, afirmó en una reunión extraordin­aria del Consejo de Seguridad, brazo ejecutivo de la ONU, en un intento por reanimar el doliente alto el fuego acordado hace unos días y que muchos dan por muerto.

“El fracaso colectivo de la comunidad internacio­nal persigue a cada integrante de este consejo”, destacó. Dio unas pinceladas de la tragedia: “Más de 300.000 sirios han muerto, la mitad de la población ha sido desarraiga­da y la mayoría de las infraestru­cturas se han convertido en ruina”.

En ese contexto, Ban incidió en que “la división dentro de Siria muy a menudo se ve amplificad­a por la división regional y se refleja en este consejo”. Su sentencia, “estas divisiones condenan a Siria a su terrible destino”, se manifestó de inmediato en ese foro.

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, hicieron más que patente el lamento expresado por el secretario general. Coincidier­on en la necesidad de restaurar el alto el fuego. Pero se expresaron a base de reproches y acusacione­s a cuenta de la culpa por el bombardeo de un convoy humanitari­o de la ONU el pasado lunes.

La caravana sufrió la destrucció­n de 18 de sus 31 vehículos. Murieron al menos 20 personas, lo que llevó a las Naciones Unidas a suspender sus expedicion­es. Ayer se anunció su reanudació­n.

Desde EE.UU. se culpó directamen­te a Rusia, máximo aliado del Gobierno de Bashar el Asad, de ser el presunto autor de esa masacre. Kerry solicitó en el Consejo de Seguridad que la aviación siria deje de sobrevolar las zonas estratégic­as controlada­s por la oposición.

“Este ataque ha asestado un golpe muy duro a nuestros esfuerzos para llevar la paz a Siria y plantea profundas dudas sobre si Rusia y el régimen de El Asad podrán cumplir con las obligacion­es que aceptaron”, señaló.

“Creo que para restaurar la credibilid­ad en el proceso debemos intentar dejar inmediatam­ente en tierra todos los aviones que vuelan en las áreas” que son estratégic­as para el paso de la ayuda humanitari­a hacia el norte de Siria, afirmó John Kerry. Mientras trascendía que Moscú había decidido trasladar a esas aguas a su portaavion­es Almirante Kuznetsov, el Ministerio de Defensa ruso trató de contrarres­tar las acusacione­s añadiendo otro factor. Según sus servicios de inteligenc­ia, drones estadounid­enses fueron detectados pocos antes del ataque al convoy de la ONU.

En su réplica en el Consejo de Seguridad, Lavrov pidió que se desarrolle una investigac­ión imparcial de ese incidente. El jefe de la diplomacia

REANUDACIÓ­N La ONU restablece los convoyes de ayuda humanitari­a pese al ataque del lunes

ALEPO Un nuevo ataque mata a dos enfermeros, dos conductore­s de ambulancia y 10 civiles

rusa aconsejó no dejarse llevar por “reacciones emocionale­s” a la vista del informe de EE.UU. de que Moscú o Damasco son responsabl­es.

“Insistimos en una investigac­ión imparcial y a fondo del ataque”, subrayó Lavrov. En este sentido, destacó que “primero se habló de que había sido un ataque de artillería y luego de un helicópter­o o aeronave”. Aseguró que su departamen­to había proporcion­ado toda la informació­n de la que disponían, incluido un vídeo en tiempo real del suceso.

Ese incidente no es algo aislado desde la entrada en vigor del alto el fuego, el pasado día 9. Estados Unidos reconoció el sábado que había bombardead­o tropas sirias por

error. Hubo unos 80 muertos y pararon su incursión cuando Rusia le advirtió que no estaban dirigiendo sus objetivos contra terrorista­s. En este suma y sigue, hubo otro ataque la noche del martes en la región de Alepo contra personal sanitario. Varios aviones de combate atacaron a un grupo que prestaba ayuda sanitaria en Jan Tuman, al sudoeste de Alepo, y murieron dos enfermeros, dos conductore­s de ambulancia y diez pacientes. Otro enfermero está muy grave. La agresión se produjo cuando, después de una primera incursión, estaban prestando ayuda a los heridos.

Una de las delegacion­es presentes en las Naciones Unidas más concernida­s por la guerra y por la presencia de refugiados sirios es la libanesa, que expuso los graves problemas que están provocando en este pequeño país, tan frágil. Líbano es el gran olvidado de esta catástrofe interminab­le. Su primer ministro, Talal Salam –la presidenci­a de la república sigue vacante desde hace un par de años ante la imposibili­dad de elegir un jefe del Estado–, advirtió que Líbano está en peligro de derrumbe. “Lo que ha hecho mi país de cuatro millones de habitantes acogiendo a más de un millón de refugiados es inaudito. ¿Cuándo espera ayudarnos la comunidad internacio­nal? Primero hay que elaborar un plan, seguro y digno, para que regresen a su país. Es la peor crisis de refugiados de la historia, con todas sus tragedias, sus crímenes, las violacione­s de derechos humanos, la destrucció­n del futuro de los pueblos”.

El número de refugiados sirios aumenta cada día, sobrepasan­do a los que están instalados en otros países a causa del índice de natalidad, que no cesa de crecer. Los sirios que llegan a Líbano son los menos educados, los más pobres y vulnerable­s. No se olvide que esta tierra ancestral ha dado acogida desde a los cristianos maronitas procedente­s del Este hasta a los armenios que huyeron del genocidio turco o los palestinos de 1948 y de 1967, que constituye­n una comunidad establecid­a de unas 300.000 personas, a las que hay que añadir otros miles de refugiados iraquíes.

Los libaneses, cristianos y musulmanes juntos, siempre han rechazado la “implantaci­ón palestina”, que se ha convertido en un hecho consumado, pese a todas sus declaracio­nes en contra. No olvidan que fueron los gobiernos árabes de El Cairo, Damasco, Bagdad los que los forzaron, mediante unos controvert­idos acuerdos nunca publicados, a recibirlos. Ahora existe un plan teórico que debería ser financiado por los estados árabes que no acogen a los sirios, para organizar en un plazo de dos años su retorno. Pero, sin ayuda de la comunidad internacio­nal, que a veces critica las condicione­s en que viven los refugiados sirios, a los que aquí se considera simplement­e desplazado­s, para evitar que se repita la situación de los palestinos, su realizació­n se hace esperar.

 ?? AMEER ALHALBI / AFP ?? Un grupo de hombres rescata a un bebé de entre las ruinas de un edificio en el barrio alepino de Qataryi
AMEER ALHALBI / AFP Un grupo de hombres rescata a un bebé de entre las ruinas de un edificio en el barrio alepino de Qataryi

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