La Vanguardia

Contra la fatiga, vitalicio Villar

- Joaquín Luna

Si no fuera porque el tiempo vuela, parece que fue ayer cuando Ángel María Villar llegó a la presidenci­a de la Real Federación Española de Fútbol. ¡Que tiempos! Gorbachov trataba de renovar la Unión Soviética y Ronald Reagan se despedía de la Casa Blanca. Lástima que el fútbol no sea el deporte rey en Estados Unidos porque, de serlo, Villar podría presumir de haber tratado con Reagan, George H.W. Bush, Bill Clinton, George W. Bush –no estamos dando ideas– y Barack Obama.

Ángel María Villar no siempre ha estado ahí. Fue un “hombre del cambio”: cachorro en San Mamés, sindicalis­ta del fútbol y baza socialista para destituir a Pablo Porta de la presidenci­a de la RFEF (gran dirigente pero con pasado falangista). Como todos los mandatario­s de la época –aquella, aunque quizás siga siendo ésta–, Porta había colocado a sus hombres de confianza en los puestos con derecho a elegir... al presidente.

El gobierno socialista de Felipe González hizo del relevo un asunto de Estado y promulgó un decreto que limitaba los mandatos del presidente de la federación... a dos (de cuatro años). Y desde 1988 Villar manda en el fútbol español (y lo que mandará).

Aquí no termina la paradoja más grande del deporte desde la muerte de Franco: Villar ha renunciado a la elección de presidente de la UEFA –sus posibilida­des eran bajas– para concentrar­se en la reelección de la RFEF, en diciembre. “Son abundantes las voces de los representa­ntes del fútbol español que me han solicitado que continúe trabajando por el fútbol de mi país”, indicó ayer Villar, de 66 años. ¿Qué dirigente vocacional puede negarse a algo que le piden

Sólo hay siete líderes del mundo anteriores a Villar: dictadores africanos, un líder elegido por dios y un ex jemer

sus compañeros? Directivos de todas las territoria­les que, como hacía Porta, tanto deben al presidente...

El asunto es gracioso. Hay una corriente mundial en favor de la limitación de mandatos, al modo de las presidenci­as de Estados Unidos o Francia, como arma para, entre otras cosas, reducir la corrupción política. De no ser así, pasa lo que pasa: sólo hay siete gobernante­s anteriores a Villar y son presidente­s africanos –los cuatro primeros y el séptimo, con joyas como Mugabe o Teodoro Obiang–, un líder vitalicio –el Guía supremo iraní Ali Jamenei, nombrado por dios– y un ex jemer rojo en Camboya. No es, ciertament­e, la galería de los padres de la democracia.

Y mientras el presidente Villar sigue a petición de esas voces amigas, los clubs deportivos modestos son hoy el verdadero ejemplo de dirigentes altruistas y generosos, que pierden mucho tiempo y se llevan disgustos. Hay pocas prebendas, no tienen ya prestigio social y lidian con entornos complicado­s.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain