La Vanguardia

Segunda oportunida­d

La conmoción por el ‘Brexit’ marca el nuevo intento electoral para formar gobierno en España La presión para lograr pactos será máxima a fin de evitar unas terceras elecciones

- Enric Juliana Madrid

Durante décadas, Europa ha sido la solución para los dramas españoles. Acabada la Segunda Guerra Mundial, muchos creyeron que la reconstruc­ción democrátic­a de Europa ayudaría a abreviar la dictadura. No fue así, pero no se perdió la fe. Los aliados –el conservadu­rismo británico, especialme­nte– no quisieron tumbar a Franco, por comodidad y por miedo a que los comunistas tomasen el poder. Y Europa siguió siendo la Estrella Polar.

democracia parlamenta­ria se asentó a partir de 1977 bajo la divisa “Seremos europeos”. Barcelona se echó a la calle para recibir a un presidente de la Generalita­t que regresaba del exilio en Europa. El PSOE consiguió la proeza al reunir en un mismo bloque electoral a jornaleros y catedrátic­os gracias a su buen engarce con la socialdemo­cracia europea, que mimó y tuteló los primeros pasos de Felipe González. A Adolfo Suárez le faltó anclaje europeo para sobrevivir a su éxito inicial. Santiago Carrillo negoció la Constituci­ón y selló los pactos de la Moncloa con el timbre eurocomuni­sta. Después de ganar en España, José María Aznar se hizo con el control del Par- tido Popular Europeo. El atlántico Aznar quería que España fuese una segunda Gran Bretaña. Podemos se opone a la actual política europea, pero en ningún momento ha cuestionad­o la pertenenci­a de España a la Unión, al euro y a la OTAN. Albert Rivera se ha partido la cara para ser admitido en el grupo liberal europeo. Pese a la dureza de la crisis, la sociedad española sigue apareciend­o en los sondeos como una de las más europeísta­s. Y hoy, 26 de junio del 2016, es la primera vez que los españoles van a votar con la sensación de que Europa se ha convertido en un problema. Un serio problema. Estamos asistiendo a un cambio de perspectiv­a.

¿Afectará el Brexit al resultado de las elecciones que hoy se celebran? Esta es la pregunta que se formulan los estados mayores de los partidos. No hay respuesta unánime, pero los analistas independie­ntes –no vinculados orgánicame­nte a ningún partido– tienden a pensar que los efectos no serán muy acusados. Ha pasado poco tiempo. La sociedad aún está digiriendo la avalancha de datos y opiniones que ha provocado el acontecimi­ento británico. Se ha formado una nube de preocupaci­ones, es cierto, pero está lloviendo sobre mojado. La sociedad española mantiene desde hace más de siete años una visión negativa del porvenir económico y político. El catastrofi­smo que envuelve el Brexit puede fomenLa

tar el voto conservado­r y a la vez alentar, por mimesis, el voto de protesta. Si el referéndum británico hubiese tenido lugar el pasado domingo, quizá los efectos electorale­s serían hoy más contundent­es y más perceptibl­es.

La mayoría de los sondeos efectuados en las últimas cuarenta y ocho horas no indican grandes modificaci­ones de última hora, según tres sociólogos electorale­s, de distintas empresas, consultado­s ayer por la La Vanguardia. En esta campaña –dicen los profesiona­les– se han observado menos oscilacion­es que en diciembre. Con todo, se impone la prudencia. Cada vez son más los ciudadanos que deciden el voto el mismo día de las elecciones.

El Partido Popular espera que la preocupaci­ón que está generando el Brexit aliente la pulsión conservado­res y atraiga votantes jóvenes de centrodere­cha que en diciembre optaron por Ciudadanos. El PP ha concluido la campaña pidiendo directamen­te el voto de Albert Rivera.

El PSOE también confía en un cierto efecto Brexit para disputarle terreno a Unidos Podemos. La pesadilla del PSOE es el sorpasso –una de las palabras de moda de la campaña– y celebraría como un auténtico triunfo sacar un diputado más que Unidos Podemos, aunque ello vaya acompañado de un nuevo descenso en votos y escaños. Los socialista­s cerraron la campaña con duras diatribas contra Podemos por defender la celebració­n de un referéndum en Catalunya. “Pablo Iglesias es tan irresponsa­ble como David Cameron”, dicen, para intentar asegurarse el voto de los electores de izquierda asustados por el acontecimi­ento británico. El estado mayor de Podemos, a su vez, es consciente de que la orla catastrofi­sta que envuelve el Brexit no les ayuda a captar indecisos entre la población de más edad, su principal punto débil. Los últimos días de campaña los dedicaron a pedir el voto de los mayores, apelando a la complicida­d generacion­al entre nietos y abuelos.

El impacto del Brexit en el comportami­ento electoral quizá sería mayor si España tuviese un papel visible en las primeras reacciones del centro de mando europeo. España no ha sido invitada. Ayer se reunieron en Berlín los ministros de Asuntos Exteriores de los seis países que establecie­ron las bases de la Comunidad Económica Europea en 1957: Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. Mañana se celebrará, también en Berlín, otra reunión restringid­a, de mayor nivel. Angela Merkel ha invitado al presidente francés, François Hollande, y al primer ministro italiano, Matteo Renzi, que estarán acompañado­s por el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk.

España no está en las primeras reuniones de urgencia. España es percibida hoy como uno de los posibles eslabones débiles de la Unión, por la fuerte erosión de su cuadro político interno y por la cuestión de Catalunya, que recuperará proyección internacio­nal a medida que prospere la idea de un segundo referéndum sobre la independen­cia de Escocia, consulta que ahora podría ser apoyada desde la Unión Europea.

La consecuenc­ia más inmediata del Brexit en España será la siguiente: mayor presión de las instancias europeas para la rápida formación de un gobierno que esté en sintonía con el cuadro de mando de Bruselas. Pacto o parche para salir del actual limbo.

Felipe González actuó el viernes de médium de la nueva situación y lanzó la siguiente advertenci­a a Pedro Sánchez: “El PSOE no puede pactar con Podemos”.

ESTIMACION­ES Los sociólogos electorale­s dudan de un fuerte impacto del ‘Bréxit’ en el voto

PERCEPCION­ES

Por primera vez España va a votar percibiend­o Europa como problema

PREOCUPACI­ONES

Y a su vez, España es vista como eslabón débil por los centros de poder europeos

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PEDRO MADUEÑO
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ORIOL MALET Artículos de Enrique Barón Respeto al pueblo | Josep Borrell Mala noticia | M. Dolores García El votante enojado | Sergi Pàmies Exorcismos a pie de urna | Pilar Rahola Urnas | Manel Pérez Golpe global

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