Incertidumbres de todo tipo
Los ciudadanos británicos han decidido no continuar en la UE y se ha abierto un periodo de incertidumbre política, económica y de mercados. Los efectos se han notado rápidamente en los mercados financieros. Se ha provocado una venta masiva de activos de riesgo. La primera reacción es una huida hacia los activos considerados refugio, donde estamos viendo multitud de bonos soberanos en negativo. La renta variable ha sufrido fortísimas correcciones sin excepción. En el caso del Stoxx 50 todas las miradas están puestas en no perder los mínimos del 11 de febrero (2.672).
En el mercado de divisas la apreciación de dólar y del yen ha sido patente. La libra ha experimentado fuertes recortes respecto al dólar, al igual que el euro, pero este movimiento ha sido menor.
Centrándonos en temas económicos, el efecto más inmediato vendría de esa depreciación de la libra frente al euro, que supondría una pérdida de competitividad de los productos españoles y europeos frente a los ingleses y un menor poder adquisitivo de las familias británicas. De esta forma las empresas europeas con fuertes inversiones en Reino Unido sufrirían al repatriar sus beneficios al verse afectados por un tipo de cambio negativo.
Las relaciones comerciales entre ambos bloques son muy fuertes. A modo de ejemplo tenemos que las exportaciones españolas con destino Inglaterra ascienden 18.231 millones de euros, por lo que esa pérdida de competitividad de los productos europeos podría mermar dicho comercio.
Por último, la bajada del poder adquisitivo de los ciudadanos ingleses encarecería sus vacaciones y afectaría al turismo europeo, y especialmente al español, teniendo en cuenta que un 20% de los ingresos de este sector provienen de británicos. A largo plazo, es difícil medir las repercusiones debido a que existen diversos escenarios. Habría que ver qué tipo de salida se negocia, con más o menos barreras y provocando un potencial mayor deterioro en el crecimiento de ambos bloques económicos. Estas negociaciones tienen un plazo de dos años.
Finalmente, por el lado político nos encontraríamos con que podría ponerse en duda el proyecto europeo, motivo por el cual la cúpula de la Unión Europea se reúne este fin de semana para coordinar estrategias, apaciguar ánimos y blindar el proyecto. La primera reacción ha sido la dimisión de David Cameron y las declaraciones de Juncker pidiendo a Londres que acelere la salida de la UE para no prolongar la incertidumbre.