Times Square pinta las zonas para los pedigüeños disfrazados
El Ayuntamiento de Nueva York ‘acorrala’ en zonas co
Cómo poner puertas a la selva. Times Square ha establecido zonas para los pedigüeños, vistan al natural o imiten a personajes de cualquier pelaje, dada su proliferación y, en ocasiones, falta de buena conducta. Son los efectos de la industria del turismo de masas.
A algunos de los protagonistas les suena a encarcelamiento. Atisban un mal negocio. “Nos han quitado la libertad para ganar dinero y sustentar a nuestras familias”, comentó un Winnie the Pooh. Olaf, de la película Frozen, confirmó esa misma sensación e indicó que, de momento, respetará las normas. Sabe que se juega una multa o salir esposado.
En cambio, uno de los protagonistas principales de la escena, la ya leyenda del Cowboy Desnudo, que se llama Robert Burck, respaldó el plan municipal. “Esto va a hacer mejor el negocio, la gente viene y te encuentra como si fuera un escenario”, declaró a los medios.
Times Square, que en algún punto de su historia simbolizó el lema sexo, drogas y R&R, asociado a zona peligrosa, se transformó en un parque temático del turismo mundial. Dejó de ser el anuncio del Nueva York canalla, pero bohemio, y, por obra y gracia de su alcalde Rudy Giuliani, que limpió el área, y su sucesor, Michael Bloomberg, que la urbanizó y le puso mesas de picnic, se convirtió en el cruce de caminos más transitado del planeta.
De pronto surgieron un montón de personajes en busca de la propina –los Elmo representan la imagen de marca–, que en no pocas ocasiones se entrometían en la vida de los visitantes e incluso los amenazaban. La cosa fue a más con el alcalde
progre Bill de Blasio y el verano del 2015 aparecieron las desnudas ,en español, chicas vestidas con un short y el pecho descubierto, camuflado bajo pinturas. Les gusta mucho exhibir la bandera americana en la geografía de su epidermis. Hubo una reacción curiosa. The
New York Post, tabloide conservador y estandarte del combate ideológico contra De Blasio, arremetió contra esa exhibición carnal y, a su vez, la defendió al apelar a la Constitución y la libertad de expresión.
El Ayuntamiento se ha puesto
De Blasio ha tomado la medida por la agresividad de algunos personajes contra los turistas por las propinas
manos a la obra. Demasiado descontrol en la jungla del asfalto. Desde esta semana Times Square contradice el espíritu libertario de Estados Unidos. Los pedigüeños se han visto “enjaulados” –la expresión les corresponde– en rectángulos verdes azulados, de 15,2 metros por 2,4, entre las calles 42 y 47. Las criaturas de la Gran Manzana han puesto el grito en el cielo. No sólo afecta a los disfrazados, sino también a los vendedores de entradas.
El consejo municipal votó a favor de contener este tipo de “actuaciones” ante las quejas por su agresividad en busca de una propina. Además de acotarse en rectángulos, a los paseantes se les indican las zonas de peatones. Y se recuerda que las gratificaciones son opcionales.
En medio de turistas, siempre es posible encontrar un neoyorquino de paso o alguien que se sienta en las mesas Bloomberg a tomar café. A los lugareños no les parece mal la iniciativa, aunque piensen que tal vez se debería haber actuado mucho antes. Entre los visitantes hay de todo.
Cómo no recordar que hace unos años unos activistas decoraron la zona del Flatiron con un doble carril, uno para los neoyorquinos y otro para visitantes. Bloomberg, que entonces era el alcalde, lo hizo borrar de inmediato. El turismo es una gran empresa. En el 2015 se superaron los 60 millones de visitantes.