La tensión por los litigios territoriales preside el diálogo EE.UU.-China
China y Estados Unidos pusieron de manifiesto ayer que sus diferencias van en aumento debido a los contenciosos territoriales en los archipiélagos del mar de China Meridional. Sus representantes asumieron sin embargo, que deben gestionar de forma pragmática sus discrepancias y buscar áreas de cooperación.
La inauguración de la octava sesión del diálogo estratégico y económico entre EE.UU. y China evidenció ayer en Pekín que la tensión entre los dos gigantes es cada vez mayor debido a su interés en controlar los mares de la región de Asia-Pacífico. Washington no quiere ceder protagonismo y Pekín pretende extender su influencia a esta zona.
El presidente chino, Xi Jinping, no se anduvo por las ramas en su intervención en la apertura de esta reunión que concluirá hoy. “La vasta región del Pacífico debería ser un marco de cooperación y no de competición”, dijo Xi, quien abogó por redoblar los esfuerzos en busca de pactos en aquellos asuntos donde existan discrepancias. Y sugirió que “donde no puedan superarse estas diferencias , tendremos que gestionarlas de una forma pragmática y constructiva, poniéndonos en el lugar del otro”, según Xinhua.
El dirigentes chino emplazó, asimismo a EE.UU. a buscar compromisos. “Uno no debería estar asustado de las diferencias. Lo que es importante es evitar utilizar las diferencias como excusa para la confrontación”.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que lidera la delegación de EE.UU., agradeció la franqueza de las palabras de Xi y le respondió que: “Somos nosotros, China y EE.UU., quienes debemos esforzarnos en demostrar que somos más socios que rivales”. Un comentario con el que Kerry aludía a la política de hechos consumados que practica Pekín para imponer su soberanía en algunos islotes y arrecifes en litigio con los países vecinos.
China se ha dedicado en los dos últimos años a construir islas artificiales en el mar de China Meridional con el fin de legitimar sus reivindicaciones territoriales sobre estas áreas marítimas.
EE.UU. ha respondido enviando buques a surcar dichas aguas, reclamando la libertad de navegación. Iniciativa que Pekín considera una provocación.
Todos estos reproches se explican por la inminente decisión jurídica del tribunal de arbitraje de La Haya sobre la denuncia interpuesta por Filipinas, aliado de EE.UU., contra Pekín, que reclama casi todo el mar de China Meridional. Manila sostiene que China le impide acceder a arrecifes y bancos de peces. Un fallo que, sea cual sea, sugiere tiempos de tensión en la zona.