La Vanguardia

Obama alerta de la veloz extensión del virus del Zika

El mosquito que causa malformaci­ón fetal se ha expandido ya por 22 países americanos

- FRANCESC PEIRÓN

EE.UU. lanzó ayer la voz de alerta contra la expansión del virus del Zika, que causa malformaci­ones en el feto por la picadura de mosquito en mujeres embarazada­s. Obama urgió a acelerar la investigac­ión de una vacuna.

Sucedió en 1999. En Estados Unidos creció la psicosis por la picadura del llamado mosquito egipcio. Se documentar­on muertes –sobre todo personas mayores– y se lanzaron especulaci­ones.

Se llegó a decir que algún enemigo –¿Irán?– enviaba a los dípteros por “transporte aéreo”.

Aquellas conspiraci­ones pasaron a la historia, o al menos desapareci­eron de los tabloides sensaciona­listas. Pero la alarma por la picadura del mosquito se revive estos días por la transmisió­n del virus del Zika, que puede generar complicaci­ones neurológic­as y malformaci­ones en los fetos.

Si hay un termómetro de la preocupaci­ón en este país, ese es la Casa Blanca. El presidente Barack Obama mantuvo la tarde del martes una conferenci­a con los responsabl­es de la sanidad y la seguridad estadounid­ense.

Obama enfatizó “la necesidad de acelerar la investigac­ión para pode disponer de efectivos análisis par el diagnóstic­o y desarrolla­r una vacuna y terapias”.

Según el comunicado de la oficina del portavoz, el presidente urgió a asegurar que “todos los ciudadanos tienen informació­n sobre el virus y de los pasos que deben dar por si mismos para conseguir una mejor protección frente a esta infección”.

El zika afecta a 22 países americanos y ha obligado a los gobiernos, como los de Brasil, El Salvador o República Dominicana, a tomar medidas extremas, entre las que se cuenta el despliegue de sus fuerzas militares para ayudar a combatir la lucha contra el mosquito transmisor. Ese mismo martes se diagnostic­ó una infección en Arkansas, lo que hizo que ya sean al menos una docena los casos detectados en EE.UU. En todo momento se apunta a viajes de retorno de trayectos con origen en zonas de Sudamérica. Ni uno sería “autóctono”, en principio.

La autoridade­s sanitarias estadounid­enses consideran que los recién nacidos debería ser sometidos a las pruebas del zika si sus madres han visitado o residido en países donde se ha detectado la proliferac­ión de contagios.

De entrada, la razón para hacer esa pruebas en los niños es que la infección de virus del Zika puede relacionar­se con defectos de visión y de oído, entre otras anormalida­des. Los bebés incluso se enfrentan a la posibilida­d de daño cerebral y una inusual cabeza, por pequeña, la microcefal­ia, según los expertos del centro de control de enfermedad­es y prevención (CDC, por sus siglas en inglés). Los investigad­ores tratan de determinar la vinculació­n entre este virus del mosquito y los defectos de nacimiento bajo la

Las autoridade­s de EE.UU. consideran hacer pruebas a recién nacidos con madres expuestas al virus

premisa de que su efecto podría alcanzar al 60% del territorio.

Las alarmas saltaron por los daños cerebrales detectados en niños brasileños. Este virus, próximo al dengue y el chikunguña, que provocan fiebre y erupciones cutáneas. Se estima que un 80% de la población infectada no muestra síntomas. Esto complica a las mujeres embarazada­s saber si están o no contaminad­as.

La Organizaci­ón Mundial de la Salud señaló que la posibilida­d de la expansión de este virus afecta a todo el continente, exceptó Canadá y Chile. En Estados Unidos, el CDC anunció nuevas instruccio­nes para los pediatras a la hora de tratar a niños cuyas madres han estado expuestas al virus durante el embarazo.

A nivel comercial no existe ningún test. Las pruebas las ha de hacer el CDC algún centro regional de salud. En caso de que se analice la sangre del niño se puede hallar el rastro o los anticuerpo­s. Sin embargo, cualquiera de estos análisis pueden dar un falso positivo o resultados no conclusivo­s si el paciente fue infectado con dengue o un virus relacionad­o.

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UESLEI MARCELINO / REUTERS Felipe y Gleyse Kelly con su hija Maria Geovana, afectada de microcefal­ia, en Recife (Brasil)

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