El Atlético da caza al Barça por Griezmann
El Atlético aseguró los tres puntos del Vicente Calderón ante un Athletic que le puso cara la victoria en un partido muy físico, intenso como pocos, aunque sin demasiadas ocasiones de gol. El equipo de Simeone se pone colíder de la tabla al igualar a puntos con el Barcelona.
La posesión no le bastó al Athletic, que entró mejor en las dos partes y metió al Atlético en su área. El cuadro del Manzanares vivió un día gris, firme atrás pero con poco recorrido de medio campo para adelante. Carrasco por la banda no le dio profundidad, Koke anduvo perdido y Vietto y Griezmann quedaron muy aislados de sus compañeros. El partido quedó enseguida para los visitantes, que encontraron el primer gol en una jugada a balón parado. Sacó de esquina Beñat y Griezmann, al intentar despejar, cabeceó hacia el segundo palo, por donde irrumpió Laporte para marcar sin oposición.
El gol encajado sumió al Atlético en los nervios y las imprecisiones. Sin embargo, cuando el Athletic acariciaba el 0-2, instantes antes del descanso, llegó el empate en otro gol de córner, cabeceado este por Saúl a centímetros de Gorka Iraizoz.
La segunda parte mantuvo el fútbol de gran intensidad, muy peleado en el centro del campo, con Raúl García en todos los rifirrafes con sus antiguos compañeros. Tuvo la mejor ocasión Aduriz, en un mano a mano con Oblak, pero el esloveno le adivinó la intención y atajó lo que hubiera podido ser un gol decisivo. En el fragor de la pelea fue el Atlético el que sacó rédito en una jugada un tanto afortunada. Perdió un balón Mikel Rico que quedó cerca de la frontal del área. Allí Antonie Griezmann enganchó un remate formidable, duro y pegado al palo que superó a Gorka.
El 2-1 resultó ya inamovible. El Athletic buscó más desborde con Susaeta y luego más gol con Kike Sola, pero el partido era ya del Atlético, que atrincheró su centro del campo y luego reforzó su defensa con un tercer central, Savic. El Athletic murió en el área de Oblak, pero sin comprometer al portero esloveno, que sólo tuvo que emplearse a fondo en hacerse fuerte en los muchos saques de esquina del Athletic. El Calderón celebró la victoria con júbilo, despidió a Raúl García entre ovaciones y saboreó una victoria que le impulsa hacia lo alto de la tabla. No enamora el Atlético, pero sigue firme, duro y rocoso, tan peleón como siempre.