El Guangzhou chino, rival de los blaugrana en el Mundial
El Guangzhou remonta al América después de que el técnico retirase a Robinho y Elkeson
DESDE EL 20 DE JUNIO El exseleccionador está invicto con el equipo chino y regresará a Yokohama, donde ganó el Mundial’02
Japón siempre se le dio bien a Luiz Felipe Scolari, que tocó el cielo allí en el verano del 2002 cuando levantó el pentacampeonato mundial para Brasil. En el país nipón jugó y ganó la canarinha los octavos, los cuartos, la semifinal y la final para alzarse con el título con Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho como estrellas. Al estadio de Yokohama, donde derrotó 2-0 a Alemania, regresará el jueves Felipao para medirse al Barcelona (11.30 horas) en la semifinal del Mundial de Clubs. Nadie le esperaba, pero allí estará el técnico brasileño, que siempre se guarda un as en la manga, al que nunca hay que dar por acabado, al frente del Guangzhou Evergrande, el campeón de la Champions asiática. Scolari se entromete, contra pronóstico, en el camino del Barcelona hacia su tercer Mundial de Clubs. Él es la amenaza. “Ganar al Barça no es imposible”, aseguró.
El América puede dar buena fe de ello. Sólo a él se le podría ocurrir retirar al exmadridista Robinho, que con 31 años está dando sus últimos coletazos en el fútbol, y Elkeson, los dos delanteros brasileños, cuando necesitaba marcar un gol porque los mexicanos se habían adelantado al inicio de la segunda parte con un cabezazo de Oribe Peralta. Pero, con todo perdido, la suerte sonrió a Scolari y al Guangzhou en la recta final del encuentro.
Los cambios funcionaron ante la incredulidad del América, el favorito, que se vino abajo cuando ya se veía reeditando la semifinal del 2006 contra el Barça. Las águilas pagaron caro el desgaste físico de venir de jugar los dos últimos partidos con nueve. Ayudó el técnico Ignacio Ambriz al no mover el banquillo. A todo eso se le sumó que el portero Moisés Muñoz pudo hacer más en los dos goles. Y el Guanghzou se aprovechó.
Otro brasileño, de los cinco que hay en el equipo chino, como Paulinho fue el protagonista de las dos acciones en los últimos diez minutos. El potente centrocampista, jugador fetiche de Scolari desde la Confederaciones del 2013 y ex del Tottenham, arrancó por la izquierda en un gran contragolpe. Su centro lo controló de espaldas dentro del área Gao Lin, un delantero corpulento que entró en la segunda parte para hacer un juego más directo, que cedió para la llegada de Zheng Long, el hombre que había sustituido a Robinho. El chut, centrado, se coló por debajo del brazo de Muñoz.
Parecía que el empate colmaba las aspiraciones
de Guangzhou, pero eso es para los que no conocen a Felipao. Con el tiempo cumplido, Paulinho remató de cabeza un córner ante una mala salida del portero internacional azteca. El saque de esquina lo botó Yu Hanchao. Su nombre no les dirá nada. Pero fue el tercer cambio de Scolari.
Hasta el fútbol chino ha tenido que viajar –bien pagado, evidentemente–, el exseleccionador brasileño para recuperar el prestigio perdido después de la eliminación en el Mundial del 2014 por 1-7 a cargo de Alemania en su propia casa. Pero él va a lo suyo. Desde que fichó el 20 de junio por el Guangzhou está invicto. Ya son 25 partidos sin conocer la derrota, con 16 victorias y 9 empates –uno de ellos contra el Bayern de Guardiola, al que en julio batió a los penaltis–. En noviembre se alzó con la Champions asiática al derrotar al Al Ahly de Dubái. Ayer se cargó al América. Le espera el Barça, que pudo ser su equipo ya que Rosell pensó en él para relevar a Rijkaard.
Igual que los blaugrana, el River Plate tampoco tendrá el rival que imaginaba en la semifinal. Porque el Hiroshima Sanfrecce, el campeón de la liga local, arrolló al Mazembe congoleño (3-0). Volvió a marcar el defensa Tsukasa Shiotani, que es el pichichi del torneo con dos goles.