La primera y la última vez
El cierre de la liguilla de la Champions es un banco de pruebas para la cantera
Uno, Verdú, se estrenó con la camiseta 31. Otro, Marc Crosas, tomó la alternativa vistiendo el número 26. Un tercero, Riverola, lucía el 29 a la espalda. Incluso a Javito le tocó el dorsal 36. Pero nada de eso importa si estás a punto de jugar el primer partido con el Barcelona en la Champions. Hoy descuelgan el teléfono en Grecia, hablan desde Italia o responden el celular, como le llaman en México, desde el otro lado del charco, todos lejos del Camp Nou. Pero en su día, como Leo Messi, ellos debutaron aprovechando que el Barça ya estaba clasificado para los octavos de final. Hoy puede que sea el turno de Kaptoum y Cámara. Y no lo olvidarán.
“Llevo toda la vida preparándome para esto”, se le escapó a Martí Riverola (24) cuando Guardiola le preguntó si estaba listo. Era el tercer cambio de un Barça-BATE que los blaugrana jugaron con un equipo repleto de canteranos. “Me salió de dentro”, dice el centrocampista a La Vanguardia. “Estaba calentando y estaba ansioso por entrar. Lo tenía tan cerca que no quería que se me escapase. Yo entré en el club con 6 años y en cada cumpleaños cuando soplaba las velas era lo que pedía para mis adentros”, recuerda. “Es el día más importante de mi vida, sin duda”.
Por suerte, a Riverola no le sucedió como a Marc Crosas, que se quedó con las ganas. “Era el quinto partido de la liguilla, en Lyon, íbamos 2-2, el empate valía para clasificarse y Rijkaard me llamó”, relata Crosas (27), otro organizador de La Masia. “Estuve tres minutos al lado del cuarto árbitro esperando a que la pelota saliese pero el juego no se paró, el colegiado pitó y no pude entrar”. Debutó al partido siguiente, contra el Stuttgart. Salió en el minuto 70. “Sustituí a Xavi que fue mi ídolo, mi espejo y un amigo”, concede Crosas, un símbolo en México, donde ha echado raíces tras pasar por Lyon, Celtic, Volga y donde su barba se ha hecho famosa. “Mis debuts oficiales fueron sustituyendo a los dos medios más emblemáticos de la historia del Barça, Xavi en la Champions e Iniesta en la Copa. Si lo piensas es muy significativo de por qué mi carrera en el Barça no fue más allá. No podía competir con ellos”, razona el 8 de Cruz Azul.
Quizás el banquillo de esta noche se parezca al del 7 de diciembre del 2004 en Donetsk. Tapados con mantas estaban Ronaldinho, Eto’o, Deco y Márquez. “Hacía muchísimo frío, era horrible. Pero daba igual”, rememora Joan Verdú (32), que tuvo su oportunidad el mismo día que Messi, Javito y Rodri.
Javito (32) se enteró de una forma especial de que jugaría. “Samuel (Eto’o) me dijo entre bromas: ‘Nene, hoy te toca a ti correr’. Y yo me reía porque no me lo creía. Pensaba que me estaba tomando el pelo”, confiesa. Pero no, Eto’o no estaba de coña. Dieron la alineación y Javito era titular. “Pensé: ‘No queréis jugar vosotros, pues yo sí’. Estoy muy agradecido”.
El extremeño y Messi fueron las referencias en ataque. “Así jugábamos en el filial. Así que no cambiaba mucho. Él sí que tuvo más protagonismo. Yo corrí y corrí mucho aunque el campo esta- ba tan blando que casi costaba mantenerse de pie”, apunta Javito, actualmente en el Panthrakikos, colista griego. “Rijkaard nos dijo que jugásemos como sabíamos, sin miedo pero el resultado no fue el que esperábamos”, destaca Verdú, que admite que pese a la derrota fue “un sueño cumplido. He jugado la UEFA con el Deportivo, el Betis y ahora el Fiorentina. En cambio, la Champions nunca más”.
Ni todos son ni pueden ser Messi. Ninguno marcó y para los cuatro fue su única experiencia. “Conmigo en el campo hubo un gol”, salta Riverola. Fue de Pedro, de penalti. “Disfruté de todos los abrazos de la celebración como si fuese mío”, dice. Actualmente juega en el Foggia, de la Lega Pro, la Segunda B italiana, después de probar en el Bolonia, el Mallorca y en Austria. Pero aquel primer duelo siempre les acompaña. “Mis compañeros me preguntan si de verdad jugué en la Champions con Messi. Muchos futbolistas sólo la ven por la tele”, señala Javito. “Además, al debutar con Leo todo tiene más relevancia. Siempre salen imágenes”, corrobora Verdú, que confiesa haber visto varias veces el partido. “En el Stuttgart jugaban dos mexicanos, Osorio y Pardo.
Ocho años después me los encuentro y lo hablamos”, dice Crosas sobre el destino. “Yo nunca me creí un jugador profesional del primer equipo sino del filial. Pero para la gente, por muchos años que pasen, siempre eres un ex del Barça. Te marca”, define desde Ciudad de México. Aunque fuese la única vez.
EL SUEÑO DE MARTÍ RIVEROLA “Le dije a Pep que llevaba toda la vida preparado porque es lo que siempre pedía al soplar las velas” EL REALISMO DE CROSAS “En mis debuts sustituí a Xavi e Iniesta, dos emblemas. Es la señal de por qué no hice carrera”