Ejercicios de astucia
MAQUIAVELO recomendaba al príncipe que fuera astuto y tratara de mantener a los súbditos en suspenso y asombrados. La política catalana es cada vez un poco más maquiavélica en este sentido, pues CDC y ERC de un tiempo a esta parte juegan su partida desde su propia convicción de la astucia y los ciudadanos vivimos los acontecimientos con verdadero asombro. Si en su día Artur Mas llevó a los republicanos sin demasiadas ganas a compartir una única candidatura entre ambas formaciones en un ardid inesperado, luego fue Oriol Junqueras quien en aras de la unidad situó a Raül Romeva arriba de la lista conjunta, dejando sin opción a Mas en lo que era otra sutileza no menos maquiavélica. Desde entonces jamás una pareja unida ha jugado su partida de forma tan taimada. CDC más que nunca disputa el espacio a sus socios. ERC los califica de marca blanca del soberanismo y los convergentes, pendientes de su refundación, se definen como el secesionismo no de izquierdas.
En la sesión constitutiva de la undécima legislatura del Parlament, ERC quiso poner de manifiesto su papel director en la Cámara catalana, con Marta Rovira actuando de portavoz de su grupo, pero sobre todo habiendo situado a Carme Forcadell como presidenta. Mientras los convergentes empiezan a desesperarse en sus encuentros con la CUP, los republicanos se muestran inmutables. Las soluciones imaginativas para no repetir elecciones autonómicas en marzo son muy imaginativas pero no tienen nada de soluciones.
En cualquier caso, tanto maquiavelismo está dejando de lado la normalidad política. Empieza a advertirse cierto empacho de astucia cortoplacista. Los discursos del presidente de la mesa de edad y de la presidenta de la Cámara fueron más partidistas que institucionales. Y acabar con un “Viva la república catalana” por parte de Forcadell se aviene poco con la transversalidad que exige el cargo.