Una máscara en el IVAM
El IVAM expone la última obra de la artista británica, donde destacan sus videoinstalaciones
El museo de la capital Valenciana nos acerca la obra de la creadora Gillian Wearing, que a través de sus fotografías y videoinstalaciones reflexiona sobre la necesidad de ponerle una máscara a las personas para que muestren su auténtico yo.
El director del IVAM, José Miguel García Cortés, parece empeñado en devolver al museo el prestigio perdido en los años de gobierno del PP y en volver a convertirlo en un referente mundial del arte de vanguardia. Lo confirma la exposición, con aroma retrospectivo, en torno a la obra de la enigmática creadora británica Gillian Wearing. Posiblemente una de las que mejor ha sabido reflexionar sobre la identidad, sobre el tiempo y sus efectos, y sobre las relaciones humanas.
“No es una obra directa o fácil. Habla de lo oculto, lo que está detrás de una máscara. Plantea que lo que estamos viendo no es toda la realidad, sino que hay que escarbar detrás de las primeras capas”, apunta García Cortés. La paradoja que plantea la artista es que las personas muestran su auténtico yo cuando llevan una máscara. Para explicarlo, Gillian Wearing cita al director de cine Orson Welles: “Dales una máscara y te dirán la verdad”. La artista ha recalcado que la exposición es “un auténtico muestrario de emociones humanas”. Ha sido comisariada por la profesora y crítica de arte británica Sacha Craddock y estará abierta hasta el 24 de enero próximo.
Esta es la primera muestra individual en España desde el año 2001 de Wearing. La obra de la artista británica, premio Turner en 1997, es muy significativa “por su carácter contemporáneo y por su gran calidad”, ha destacado el director del IVAM. “El trabajo de Wearing trata sobre conflictos humanos, sobre violencia, sobre identidades, sobre múltiples sensibilidades”, añade. La mayor parte de las obras son de sus últimos 15 años y algunas de este año, no exhibidas hasta ahora. En total, en la galería 1 del IVAM se exponen 8 videoinstalaciones de gran formato, una escultura (una obra rara en la producción de Wearing) y 11 fotografías. La muestra comienza con la serie Family Album (2006) en la que la artista se recrea a sí misma como su hermano, su padre, su madre e incluso como una versión de sí misma recuperando el aspecto que tenía con 17 años utilizando máscaras de silicona.
En las videoinstalaciones Secrets and Lies (2009) y Fear and Loathing (2014), un conjunto de hombres y mujeres, con disfraces y máscaras, describen de forma anónima experiencias personales delicadas. “El objetivo de la artista era tener dos visiones sobre los estereotipos en USA y Reino Unido. El resultado es que la sociedad británica se muestra más reservada que la norteamericana”, según Marta Arroyo, coordinadora de la muestra. La artista ha recalcado que la exposición es “un auténtico muestrario de emociones humanas”. Incluye una escultura de Wearing que reproduce su propia mano con las uñas pintadas en los colores de Mondrian. En Me as an artist (1984), Wearing se retrata a sí misma cuando era una joven es- tudiante. “Nuevamente, la artista trata de reflexionar sobre la identidad”, señala Marta Arroyo. En la serie Signs (1992) diversos personajes expresan en un papel sus sentimientos y los muestran ante la cámara. Las más recientes fotografías de Rock “n” Roll 70 muestran a la artista con 50 años y diversas recreaciones de cómo será Gillian Wearing a los 70 años, realizadas con ayuda de científicos y forenses. El espacio que queda vacío se reserva a un retrato real de la artista en el año 2034, cuando haya cumplido los 70 años.
La exposición se completa con vídeos como 2 into1, We are here y trabajos como Bully (2010), que recrea la experiencia de acoso real sufrida por un hombre. “La violencia cotidiana es una constante en su obra”, matiza la coordinadora de la exposición. En la muestra también se exhibe un bodegón de flores en el que la artista se inspira en el pintor flamenco Brueghel, así como una pieza inédita y todavía en proceso titulada Your Views ,enla que reúne vídeos tomados desde ventanas de casas de todos los países del mundo. La última pieza es la proyección Drunk (1999), donde filmó a personas reales de su barrio de Londres interactuando bajo los efectos del alcohol.
Wearing ha recalcado que la exposición es “un auténtico muestrario de emociones humanas”