Ali Jamenei
El líder supremo iraní tira de retórica para aplacar a los más radicales
LÍDER SUPREMO DE IRÁN
El ayatolá Jamenei (76), que ha respaldado el pacto nuclear con Occidente, ha marcado distancias señalando que, a pesar del acuerdo, la política de Irán hacia el “sistema arrogante” de EE.UU. “no verá ningún cambio”.
El escenario no podía ser más adecuado. El gran mausoleo del centro de Teherán, en el que Irán ha invertido millones en las últimas décadas, acogió ayer a los principales representantes de la república islámica que acompañaban al líder supremo, Ali Jamenei, en la oración del fin del Ramadán. Era también su primer discurso público después del anuncio del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, un pacto que no se hubiera cerrado sin su visto bueno.
“Tanto si es aprobado como si no, con la ayuda divina no dejaremos que se abuse de él”, aseguró en un discurso pensado para aplacar a los más radicales. El plan está pendiente de la aprobación en el Congreso de Washington y en el Majles (Parlamento) de Teherán, aunque en Irán todo depende de Jamenei, que ayer insistió en que “incluso con un acuerdo, nuestra política hacía el arrogante sistema estadounidense no verá ningún cambio”.
A las afueras del mausoleo, miles de policías, militares, pero sobre todo hombres vestidos de civil perte- necientes a los diferentes cuerpos de inteligencia de régimen controlaban la seguridad. La prensa extranjera no recibió permiso para acceder al recinto.
“Las políticas estadounidenses en la región son 180 grados diferentes a las de Irán”, afirmó el ayatolá, que recordó el apoyo estadounidense a Iraq durante la guerra de 1980 a 1988. “Desde la victoria de la revolución, cinco presidentes estadounidenses han muerto o se han perdido en la historia intentando la rendición de Irán. Usted es como ellos”, dijo refiriéndose a Obama.
El ayatolá Jamenei, volvió a recordar que el Corán y la charia (ley islámica) prohíben las armas nucleares. El líder respaldó con reservas la negociación y nunca fue optimista, y ahora ha pedido al presidente Rohani que no se fie de los firmantes. Mohamed Javad Zarif, ministro de Exteriores y jefe del equipo negociador iraní, irá el martes al Majles a explicar, a puerta cerrada, los detalles del acuerdo y disipar las críticas que empiezan a surgir entre los radicales, convencidos de que lo firmado supera las líneas rojas que marcó Jamenei. El líder supremo se oponía, por ejemplo, a un a acuerdo que limitara el programa nuclear durante más de diez años, pero hay puntos que impedirán a Irán desarrollarlo durante al menos quince años.
“No aceptaremos que la tecnología nuclear sea una caricatura”, dice el parlamentario conservador Mohamed Saleh Jokar, del comité de Seguridad Nacional y Política Exterior. Insiste en que Irán debe poder enriquecer uranio e investigar, puntos que el acuerdo garantiza si es para uso civil.
“Nunca nos rendiremos a las demandas del enemigo”, concluyó Jamenei que dejó claro que Irán siempre apoyará a las poblaciones chiíes en Yemen, Bahréin, Iraq, Siria y Líbano. Esta política de protección y expansión es la que tanto preocupa a Arabia Saudí y las otras monarquías suníes del Golfo.
El ayatolá asegura que Irán nunca dejará de apoyar a los chiíes en Yemen, Bahréin, Iraq, Líbano y Siria