La Vanguardia

Piratas del asfalto

- EUSEBIO VAL

ATania Valguarner­a la amortajaro­n con el traje de novia. La joven palermitan­a, de 29 años, iba a casarse en septiembre. Murió la semana pasada mientras acudía a su trabajo como telefonist­a en un call center. Fue atropellad­a en un cruce de la capital siciliana. “Era un ángel, una apasionada de la escultura, una artista maravillos­a; la familia está destruida”, comentó una amiga de la difunta.

Tania es una de las últimas víctimas de la conducta homicida de los que en Italia denominan pirati della strada (piratas de la calle o de la carretera). Son los conductore­s temerarios que, tras arrollar a alguien o causar una colisión con otro vehículo, se dan a la fuga sin prestar socorro.

Según el recuento de la Asociación de Partidario­s y Amigos de la Policía de Tráfico (Asaps) –que desde 1991 se ocupa de sensibiliz­ar a la sociedad sobre los accidentes en la red viaria y de organizar campañas preventiva­s–, los piratas del asfalto fueron responsabl­es, en el 2014, de 119 muertos y 1.224 heridos en las calles y carreteras italianas. La mayor parte de las víctimas (el 38,6%) eran peatones. Los ciclistas también pagaron un alto precio. Acapararon el 20,2% de los muertos.

El hombre que embistió mortalment­e a Tania pudo ser detenido. Se trata de Pietro Sclafani, un panadero de 50 años. Los análisis toxicológi­cos a que fue sometido determinar­on que Sclafani había consumido sustancias estupefaci­entes, en concreto éxtasis y anfetamina­s. Una juez ordenó su ingreso en prisión, bajo la acusación de homicidio y denegación de socorro tras un accidente. Al panadero le habían ya retirado temporalme­nte el carnet en el 2014, por exceso de velocidad, y estaban a punto de hacerlo nuevamente por las multas acumuladas. Según algunos testimonio­s, cuando atropelló a Tania estaba hablando por teléfono, con el aparato en mano, uno de los vicios nacionales italianos. Según el abogado de Sclafani, el panadero está hundido en el dolor y sólo piensa en la joven que mató y en sus allegados.

Los familiares de las víctimas de los piratas del asfalto se quejan de que los jueces son demasiado blandos con estos delitos. A menudo los condenan a varios años de cárcel, pero en realidad pasan menos tiempo efectivo entre rejas. Quien ha perdido a un ser querido por la irresponsa­bilidad criminal de un conductor piensa que el castigo debería ser mucho más severo, también por su efecto disuasorio. “No es tanto un deseo de venganza como de justicia”, afirma Giordano Biserni, presidente de la Asaps.

En casi un 20% de los casos en que los piratas del asfalto son detenidos, esos conductore­s han ingerido alcohol o consumido drogas. En su mayor parte son hombres, entre los 18 y los 45 años. Abandonan a las víctimas por irresponsa­bilidad y también por el temor a que les quiten el carnet de conducir, amén de esquivar demandas de indemnizac­ión. En Italia se da con frecuencia que los conductore­s no tengan asegurados sus vehículos. Circulan ilegalment­e, asumiendo un alto riesgo, ellos y los demás.

Los piratas del asfalto son una conducta extrema, pero nace de una cultura de la conducción muy reacia a respetar las reglas más elementale­s del código de la circulació­n. En Italia se viola flagrantem­ente –y casi siempre con impunidad absoluta– la norma de ceder el paso a los peatones en los pasos de cebra, la prohibició­n de sobrepasar las líneas continuas en los adelantami­entos e incluso la obligación de pararse en las señales de stop. En las autopistas hay bastantes conductore­s que usan los arcenes de seguridad para adelantar durante los atascos, a toda velocidad. Y mejor no hablar del instinto suicida de muchos motoristas.

“La mala educación viaria es generaliza­da en Italia –admite Biserni, que trabajó casi 30 años en la policía de tráfico, en una entrevista con este diario–. Por desgracia aquí se está delegando demasiado en la electrónic­a, en la vigilancia a distancia. Somos campeones en el control de velocidad en las autopistas. Pero estamos a la cola en lo que concierne al respeto a los peatones, a los ciclistas y a la señalizaci­ón horizontal y vertical. La electrónic­a es muy útil pero faltan agentes de uniforme que verifiquen si la gente cumple las normas”.

Preocupaci­ón en Italia por las numerosas muertes causadas por conductore­s que se dan a la fuga Los ‘pirati della strada” causaron el año pasado 119 muertos, la mayoría peatones y ciclistas

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JACOPO RAULE / GETTY Máquinas de matar. Un policía muestra los daños en el coche que atropelló y mató al ciclista australian­o Carly Hibberd en el 2011 en Como
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