Demasiado amigo de Moscú
El Gobierno francés veta el acceso de Henri Proglio a la cabeza del grupo Thales por su relación con Rosatom
El abandono de un alto empresario francés de la carrera para dirigir Thales, el principal grupo industrial nacional de electrónica, parece reunir una mezcla de disciplinas de nueva guerra fría y de pulso entre intereses locales franceses. El nombramiento de Henri Proglio, hombre de confianza de la familia Dassault, propietaria del holding industrial del mismo nombre, para dirigir Thales se daba por hecho. El acceso de Proglio a la presidencia de Thales debía consumarse hoy, pero en lugar de eso, el empresario anunció públicamente que tiraba la toalla y en una entrevista con Le Monde acusó al Ministro de Economía, Emmanuel Macron, de librar una guerra sucia contra él. Proglio menciona “una campaña” de “sospechas y humi- llaciones”. Thales es un gran grupo de electrónica especializado en tecnología aeroespacial y de defensa creado en 1998 a partir de las fusiones de los sectores militares de Thomson CSF, Alcatel y Dassault Electronique. Es una industria estratégica de la que el Estado francés tiene el 26% de las acciones y Dassault Aviation el 25%.
Proglio fue, entre otras cosas, director de EDF, una de las mayores compañías eléctricas del mundo, y actualmente es consejero de dos empresas (Akkuyu Nuclear JSC y Fennovoima Ltd) que son las filiales finlandesa y turca de la agencia rusa de la energía atómica, Rosatom. En unos momentos en los que las relaciones con Rusia están siendo congeladas por los helados vientos de una nueva guerra fría resultado directo del expansionismo del bloque militar occidental, ésta ha sido la circunstancia aducida por el ministro Macron para librarse de un hombre demasiado próximo a Nicolas Sarkozy.
Es difícil saber qué es lo que ha primado más, si la política internacional o las consideraciones internas, pero el hecho es que el lunes una inocente filtración hizo propagar, desde la revista Challenges, que Proglio tiene también un cargo en una empresa financiera rusa (ABR Management) vinculada al banco Rossia, sometido a sanciones occidentales desde marzo del 2014 a causa de la anexión rusa de Crimea, una de las respuestas de Moscú a la toma del poder en Ucrania de un gobierno hostil a Rusia .
La caída de Proglio tiene lugar en medio de un notable runrún de descontento, en medios empresariales y políticos gaullistas, por el alineamiento de París con las sanciones a Rusia y la ausencia de Hollande en el 70º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, en Moscú.
“Tener al frente de Thales –empresa clave de la defensa nacional– a un presidente que está siendo remunerado por Rosatom, no es de recibo”, dicen en el Ministerio de Economía. Para Proglio, todo eso es irrelevante. “Esta historia es una excusa, hace 45 años que trabajo para mi país, soy un verdadero patriota y nunca he traicionado a Francia, de lo que se trata es de abatir a un hombre por razones políticas, pues desde que Sarkozy me nombró a la dirección de EDF, se me considera su partidario”, dice.