La reinvención del gobierno
Los diarios no han dicho ni mu. Pero la semana pasada el Consell Executiu de la Generalitat acordó encargar a Governació i Relacions Institucionals una “batería de normativas” de desarrollo del plan de reforma de la administración. La expresión “batería de normativas” tiene un aire marcial. Su sentido figurado se encarama metafóricamente sobre el término con que se denomina un conjunto de piezas de artillería estratégicamente situadas para hacer fuego sobre un objetivo. Las guerras tienen muchas batallas y no siempre se libran todas contra el mismo enemigo. Mientras muchos tertulianos critican que el presidente Mas no mantenga tensada la moral de la tropa, su gobierno ya ha dado discretamente la instrucción de disponer una junto a otra diversas leyes y regulaciones que tendrán como fin regular el comportamiento de los trabajadores de la función pública, que se supone desarreglado.
A pesar de ir envuelta con todos los tópicos y eufemismos característicos de la nueva lengua de madera institucional, la retórica del encargo de la batería, con su martilleo sobre los principios de eficiencia y competencia y con su énfasis en la falsa meritocracia de los objetivos asignados y los objetivos logrados, es inequívoca. Se trata de recuperar un tema que el gobierno ya trataba, junto con otros de la misma orientación, antes de cambiar de tema: el de introducir los métodos de la empresa privada en los servicios públicos de acuerdo con los planteamientos de lo que a inicios de los 90, cuando ya hacía tiempo que se propagaba, se denominó el New Public Management (NPM), una doctrina que ha en-
contrado su catecismo más celebrado en La reinvención del gobierno : la influencia del espíri
tu empresarial en el sector público, de David Osborne y Ted Gaebler (Paidós), de lectura recomendada para quienes quieran saber por dónde se quiere que vayan los disparos.
La novedad del NPM es relativa. Osborne y Gaebler escribieron su libro el mismo año en que los Juegos Olímpicos se celebraron en Barcelona. Y los métodos de gestión empresarial que querían introducir en el gobierno y que ahora la Generalitat parece querer traducir en normas son los mismos que permitían que Caja Madrid apareciera como un modelo de gestión y encabezara todos los rankings de productividad y eficiencia. En el capítulo 4 de La reinvención
del gobierno, dedicada precisamente al “gobierno inspirado en objetivos”, los autores citaban el sistema de mando del ejército alemán durante la II Guerra Mundial como un ejemplo fascinante de organización inspirada en esta gobernanza. Y recordaban que permitió construir una fuerza militar capaz de desarrollar la táctica de la blitz
krieg (la guerra relámpago) usada con éxito en las invasiones de Polonia y Francia. Su silencio sobre lo que pasó luego en el frente ruso era elocuente como la historia de Caja Madrid. El NPM siempre ha tenido más interés por cambiar el alma de los soldados que por el desenlace final de las guerras en que combaten.
El NPM siempre ha tenido más interés por cambiar el alma de los soldados que por el desenlace final de las guerras en que combaten