La Vanguardia

El niño agresor del Joan Fuster buscó un cómplice en otro instituto

El menor, que estudia en otro instituto, dice a los Mossos que se sorprendió al ver que su compañero decidió actuar en solitario

- ENRIQUE FIGUEREDO MAITE GUTIÉRREZ Barcelona

El menor que la semana pasada mató a uno de sus profesores con un machete en un instituto de Barcelona explicó a un amigo suyo, alumno de otro centro educativo, que estaba pensando en llevar a cabo su acción en los días siguientes a su conversaci­ón. Así se ha hecho constar en la declaració­n que ese menor hizo ante los investigad­ores de los Mossos, cuya existencia fue revelada ayer por Ràdio Barcelona. Fuentes policiales explicaron a este diario que el testigo mostró ante los agentes encargados del caso “su sorpresa” al saber que su amigo había llevado a cabo el ataque en solitario y “sin avisarle”, contravini­endo, al parecer, lo planes que habían hecho juntos.

Estas fuentes revelaron que el testigo hizo esta confesión con un tono cercano al de la decepción porque su amigo, con el que comparte su fascinació­n por las armas, no le había comunicado el día concreto que había escogido para ir al instituto con su machete y la ballesta.

Estas mismas fuentes dijeron que, sobre el papel, dan credibilid­ad a la declaració­n espontánea de este menor. Son bajas las posibilida­des de que el testigo se esté inventando que tenía que ayudar al agresor del instituto Joan Fuster, según fuentes del caso. Los responsabl­es de la investigac­ión han agradecido, en todo caso, que este testigo menor de edad haya explicado ese sorprenden­te relato y que “no se lo haya guardado dentro”.

Por el grupo de investigac­ión han pasado todos los compañeros de clase del autor del homicidio, algunos de otras clases y su círculo de amistades extraescol­ares. Pertenece a este último grupo el niño que esperaba saber el día en que su amigo cometería los ataques del instituto. Los investigad­ores dan por ahora credibilid­ad a las palabras del sorprenden­te testigo –inimputabl­e, pues tiene menos de 14 años– y estudian si al final incluirán o no su declaració­n en el atestado definitivo que estaba previsto que se entregara hoy al juzgado que lleva el caso. La larga lista de declaracio­nes de testigos estaba encaminada, entre otros objetivos, a descartar que el menor hubiera podido actuar inducido por algún adulto, algo que estas fuentes dan por totalmente descartado.

Desde el punto de vista policial, el caso está prácticame­nte cerrado desde el momento en

DIAGNÓSTIC­O EN ELAIRE Los técnicos que atienden al menor no dan por seguro el brote psicótico

PENDIENTE DE ESTUDIO La custodia del chaval que mató al profesor sigue de momento en manos de los padres

que se identificó plenamente al agresor y se le pudo poner a disposició­n de la Fiscalía de Menores. En el terreno judicial, se especula con un próximo archivo.

Sin embargo, las nuevas revela- ciones sobre el asunto arrojan dudas sobre la primera versión oficial que la Administra­ción catalana ofreció de los hechos más allá del desenlace judicial del asunto. Fuentes del caso no dan por sentado que el menor sufriera un brote psicótico el día que mató a su profesor de Ciencias Sociales, de 35 años y natural de Lleida, aunque sea hasta el momento la versión más extendida. “Todavía no existe un diagnóstic­o de salud mental definitivo”, insisten los técnicos que trabajan en el caso.

El menor continúa ingresado en una unidad hospitalar­ia a la espera de que concluya el estudio sobre su estado de salud. En su instituto no constaba informació­n sobre ningún presunto trastorno mental. La consellera de Ensenyamen­t, Irene Rigau, explicó el día del suceso que en el centro educativo tan sólo habían abierto un expediente al chaval por bajo rendimient­o académico, pero no por comportami­ento violento. El niño no era mal estudiante, pero en los últimos meses sus notas cayeron en picado.

Los padres, de momento, mantienen la custodia del niño. Así, la dirección general de Atenció a la Infància i l’Adolescènc­ia (DGAIA) “no ha asumido la tutela provisiona­l ni definitiva” del menor, se dice desde fuentes de la investigac­ión, en contra de lo que se había afirmado desde otras instancia. Los técnicos del caso siguen con el análisis parental y social del menor por si se diera con algún elemento que pudiera variar esta decisión. Tampoco está claro que el niño tenga que acabar la ESO en un centro adaptado. Si los padres mantienen la custodia, la última decisión sobre su escolariza­ción es de ellos.

 ?? LAURA GUERRERO ?? Dos alumnas del instituto Joan Fuster de Barcelona, abrazándos­e frente al centro educativo dos días después de la muerte del profesor de Historia
LAURA GUERRERO Dos alumnas del instituto Joan Fuster de Barcelona, abrazándos­e frente al centro educativo dos días después de la muerte del profesor de Historia

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