La división en Ucrania se ahonda con el referéndum
Los prorrusos votan de forma masiva y en algún caso caótica en el este
La grieta abierta entre el este de Ucrania y el resto del país se hacía ayer más ancha a medida que las provincias de Donetsk y Lugansk iban metiendo papeletas en las urnas. El referéndum sobre el estatus político de estos territorios se celebró en medio de las acusaciones de ilegalidad por parte de Kíev y la comunidad occidental, y la cara de póquer de Rusia, que la semana pasada pidió un aplazamiento y que, de momento, calla pero no otorga. En Donetsk, un 89,7% de los votantes lo hicieron a favor de la independencia, según el jefe de la comisión electoral de los prorrusos, Román Liaguin.
Para Occidente, Rusia está detrás del referéndum precisamente por callar y no utilizar su influencia para desmantelar el movimiento rebelde. Washington y Bruselas ya han amenazado a Moscú con aplicar más sanciones si interrumpe las elecciones presidenciales del día 25 en Ucrania, cruciales para Kíev para legitimar al nuevo poder.
Moscú sigue diciendo
nyet. Niega tener papel alguno en el levantamiento de los rebeldes. Pero después de la anexión de Crimea tras otro referéndum, Occidente no se lo cree. También niega que quiera quedarse con el este rusohablante de Ucrania, una importante región minera e industrial. Según el FMI, la provincia de Donetsk aporta más del
SE PODÍA VOTAR DOS VECES En las ciudades de los rebeldes la votación fue masiva y en ocasiones caótica LA PREGUNTA “¿Está a favor del Estado independiente de la República Popular de Donetsk/Lugansk?”
21% del PIB y el 30% de la producción industrial. Pero EE.UU. y los miembros de la OTAN siguen insistiendo en que Rusia tiene 40.000 soldados al otro lado de la frontera dispuestos para invadir Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo que Rusia ha retirado esas tropas, pidió a los rebeldes que aplazasen el referéndum y añadió que las elecciones del 25 de mayo son un paso “en la buena dirección”.
Los amotinados contra Kíev no le hicieron caso. Así que las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk organizaron un referéndum con una sola pregunta: “¿Está a favor del Estado independiente de la República Popular de Donetsk/Lugansk?”, en ruso y en ucraniano.
Durante casi todo el día, desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, los habitantes de estos territorios votaron de
forma masiva y, en ocasiones, caótica. Pero sólo en las ciudades controladas por los rebeldes (más de una decena) y hasta donde llega su influencia. Según Kíev, dos tercios de la población no tomó parte en la votación, que calificaron de “farsa”.
Los responsables de la convocatoria aseguraron que la jornada fue un éxito: un 71% en la provincia de Donetsk y un 81% en la de Lugansk. Incluso en la ciudad de Sloviansk, donde se han vivido escenas de guerra abierta entre las milicias prorrusas y el ejército ucraniano en las últimas semanas, se hablaba de una participación cercana al 80%.
Esta es, además, una votación sin garantías de seguridad. Los rebeldes no disponen del registro de votantes oficial, y quienes iban a votar se registraban nada más llegar. El caos permitía que se pudiese votar varias veces, en varios colegios electorales. La votación, organizada en apenas una semanas, no ha tenido por supuesto campaña electoral, por las prisas, por el escenario bélico de la región y por el interés. Y eso ha impedido que la alternativa al objetivo de los votantes, es decir, el no, se publicitase entre la población. Quienes habrían rechazado la independencia/autonomía se quedaron en casa. Cuando los rebeldes prorrusos empezaron a anunciar los resultados, nadie se llevó una sorpresa.
De todas maneras, ni siquiera los protagonistas de este referén-
ABSTENCIÓN . . . Kíev asegura que dos tercios de la población de Donetsk y Lugansk no fueron a votar . . . FRENTE A PARTICIPACIÓN Los rebeldes prorrusos fijan una participación muy alta, cerca del 80%
dum saben qué significará: ni en las colas de las votaciones, donde unos votaban sí para unirse a Rusia y otros votaban sí porque rechazan el poder que se instauró en Kíev tras la expulsión del presidente Víktor Yanukóvich y sólo quieren más autonomía.
Igual sucede entre los dirigentes de la rebelión. Denís Pushilin, el líder en Donetsk, decía ayer que tras los resultados “hay que crear organismos estatales y cuerpos militares”, declarando ilegales todas las tropas que no estén bajo el mando de las repúblicas populares. Pero Román Liaguin, que dirige la comisión electoral de Donetsk, aseguró ayer que “el estatus no cambiará, no dejaremos de pertenecer a Ucrania, ni perteneceremos a Rusia. Sólo declaramos al mundo que queremos cambios, que queremos decidir la suerte de nuestra región nosotros mismos”.
Por su parte, el líder del Frente Popular de Lugansk, Alexéi Chimlenko, opinó que tras el referéndum Donetsk y Lugansk deben unirse en un único estado. “Y en el futuro, tal vez Dnepropetrovsk, Járkiv, y otras regiones”, según cita la agencia Interfax.