Más transparencia e indemnizaciones
Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que ayer presentaron sendos informes sobre la guerra con drones, piden a EE.UU. que acabe con la opacidad sobre la base legal de los ataques y su justificación política, que investigue las muertes de civiles y que pague indemnizaciones a las víctimas y sus familias.
Amnistía documenta posibles crímenes de guerra de EE.UU. cerca de Afganistán
cuerda que, en todo caso, el ataque contra personas que se aprestaban a rescatar a las víctimas del primer ataque “violó la prohibición de la eliminación arbitraria de la vida y puede constituir crimen de guerra o ejecuciones extrajudiciales”.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, defendió ayer la legalidad de los drones y aseguró que EE.UU. intenta evitar la pérdida de vidas inocentes. Barack Obama llegó a la Casa Blanca en el 2009 con la intención de retirar el país de Iraq y de buscar una salida de Afganistán. De las guerras con decenas de miles de tropas pasó a otro tipo de guerra, más sigilosa y oculta al escrutinio público, con comandos especiales como los que en el 2011 mataron a Osama Bin Laden en Pakistán, o con aviones pilotados a distancia. Estos, además de permitir apuntar con mayor precisión al objetivo, evitan las bajas propias.