Timoshenko, en el camino de Ucrania hacia la Unión Europea
Kíev podría liberar a la ‘expremier’ para firmar el acuerdo de libre comercio
El Parlamento de Ucrania (la Rada Suprema) tiene esta semana en sus manos la suerte de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, encarcelada desde hace dos años y que podría viajar a Alemania para recibir tratamiento médico. De lo que decida también dependerá el futuro de todo el país, pues la Unión Europea ha vinculado la liberación de Timoshenko a la firma de un acuerdo de libre comercio con Ucrania.
Parece que el presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, enemigo acérrimo de Timoshenko, la permitirá ir, pero intenta salvar la cara dejando la decisión en manos del poder Legislativo.
El encarcelamiento de Timoshenko amenaza la firma del acuerdo de libre comercio previsto para finales de noviembre en Vilna (capital de Lituania). Que la principal figura de la oposición fuese condenada en 2011 a siete años de cárcel por abuso de poder se interpretó en la UE como una persecución política del actual presidente y una “utilización selectiva” de la justicia.
La revolución naranja que Timoshenko lideró, entre otros, impidió que Yanukóvich heredara el poder de Leonid Kuchma en 2004. Sólo consiguió llegar a la presidencia en 2010, tras ganar unas ajustadas elecciones a Timoshenko. A pesar de penar en una cárcel de Járkov durante dos años, la princesa del gas, la princesa de la revolución, la dama de hierro ucraniana (tales han sido los apelativos que ha recibido) es la única figura de la oposición que puede plantar cara a Yanukóvich y su Partido de las Regiones. “Mantiene un electorado estable y, según respetadas encuestas, puede derrotar al actual presidente”, asegura el politólogo ucraniano Vadim Karasiov.
Los emisarios de la UE han pedido a Yanukóvich que conceda el perdón a su rival para permitirle viajar a Alemania y recibir tratamiento para sus graves problemas de espalda. Esta fórmula parece suficiente para la firma del acuerdo entre Kíev y Bruselas. Sería un paso histórico de esta ex república soviética. A Yanukó- vich se le veía como un aliado de Rusia, pero al llegar al poder mantuvo la política de acercamiento a la UE de los líderes naranjas.
“Por supuesto, si el Parlamento aprueba la ley, yo la firmaré”, sorprendió la semana pasada el presidente ucraniano.
Tras rechazar durante años las críticas de la UE, Yanukóvich no quería tomar una decisión que se interpretaría en sus filas como una humillación, así que ha deja- do que sea la Rada la que asuma la mayor parte de la responsabilidad, explica Vadim Karasiov. Si la oposición vota en contra él habrá salvado la cara.
El proyecto de ley, que lo presentó el viernes pasado el diputado Nikolái Rudkovski, del Partido de las Regiones, introduce cambios en el código penal que permite a los condenados viajar al extranjero para recibir trata- miento médico. Si la ley se aprueba no supondrá, sin embargo, que se conceda el perdón a Timoshenko, y una vez terminado el tratamiento tendría que regresar para completar su sentencia de cárcel. La duración del permiso lo decidirían los tribunales.
Esta solución no satisface ni a sus seguidores ni a su familia, que quieren que sea libre para reincorporarse a la vida política. Su abogado, Serhi Vlásenko, ha dicho que “el objetivo es terminar con la justicia selectiva, no conseguir una sentencia en suspenso”.
La oposición dice que una ley así no es necesaria y el marido de la ex primera ministra, Olexánder Timoshenko, cree que las autoridades “quieren humillar a Yulia”, pues “el tiempo que dure el tratamiento no contará como tiempo transcurrido de esa sentencia ilegal”.
Encarcelada desde hace dos años, Timoshenko podría viajar a Alemania para recibir tratamiento