El paso de Gagosian
La reestructuración de negocio del megagalerista Larry Gagosian, aunque se ha leído en clave sucesoria, va mucho más allá de lo organizativo, pues toma una decisión atrevida: la creación de Gagosian Art Advisory, una oficina que, bajo su mismo nombre, se dedicará a asesorar a coleccionistas. “La innovación ha sido siempre una fuerza motora para Gagosian”, declaraba él mismo. “Con esta nueva empresa mejorará la relación con nuestros clientes, incrementará nuestro alcance global y maximizará la plataforma de promoción de nuestros artistas. (…) Aportando un amplio campo de servicios para coleccionistas, family offices, estates y clientes institucionales”, afirmó. Ubicada en las oficinas de la galería en Nueva York, la elegida para pilotar esta nueva nave es Laura Paulson, que era Global Chairman 20th Century Art en Christie’s. La galería no lo explicita, pero es esposa de la nueva mano derecha de Gagosian, Andrew Fabricant, posible sucesor.
Claro que no es nuevo que los galeristas aconsejen a sus clientes, pero Gagosian deviene el primero de su categoría en formalizar una art advisory, avanzándose a la demanda de los coleccionistas que piden servicios complementarios de forma más profesional. Si bien desde Gagosian remarcan que esta división será independiente, muchos en el sector cuestionan que pueda ser parcial en sus asesorías, contraviniendo las buenas prácticas del sector. Por naturaleza, estas consultorías dirigen sus clientes a muchas galerías distintas donde comprar o vender obras, pero se ve difícil que ellos no los vayan a dirigir en primera instancia a la galería madre. ¿Pueden los dos negocios operar evitando conflictos de interés? ¿No se dará doble facturación en los casos que les aconsejen obras de artistas de la propia galería? Las líneas que separan los servicios de casas de subastas, galerías, dealers o art advisors, son cada vez más confusas.