¿Quién crea valor real?
Mariana Mazzucato cuestiona que la élite vencedora de la globalización gane tanto por ser muy productiva
Entre 1975 y el 2017 el PIB de EE.UU. se triplicó. Y la productividad creció un 60%. Pero los sueldos reales de la mayoría de los estadounidenses se estancaron oredujeron. En cuatro décadas, una pequeña élite se ha apoderado de casi todas las ganancias de una economía en expansión, denuncia la economista italiana Mariana Mazzucato, catedrática en el University College de Londres y autora del influyente libro El Estado emprendedor. En él, contra el tópico de que los estados son paquidermos ineficientes que deben dejar paso al sector privado, defendía que la intervención estatal es decisiva para la innovación. Con la ideología actual, señalaba, notendríamos internet. Ni iPhone: el Estado financió todas las tecnologías que hacen que sea tan inteligente, de internet al GPS, la pantalla táctil oSiri. Inversiones queimplican una incertidumbre extrema y que hizo posible la mano visible del Estado, por lo que empresas como Apple deberían estar especialmente obligadas a pagar impuestos en vez de entregarse a la ingeniería fiscal.
Ahora, en su nuevo libro, Mazzucato utiliza esa idea para preguntarse quién crea el valor de las cosas. Se cuestiona si la pequeña élite que ha acumulado las ganancias de la globalización lo merece por ser muy productiva. Y la respuesta no es particularmente positiva. Recuerda que, como ya observó Platón, los contadores de historias dominan el mundo y pone en tela de juicio las historias quenoshancontadosobre quién crea la riqueza en el capitalismo moderno actual. Historias que justifican la desigualdad y hacen que unos puedan extraer aún más beneficios de la economía mientras que otros se quedan con las sobras.
Después de todo, recuerda, hasta los sesenta las finanzas no se veían como parte productiva de la economía, y la mayoría de los servicios de los bancos ni contaban para el PIB. Eso cambió en los setenta. Y hoy la economía está financiarizada. No es sólo el tamaño del sector financiero o que haya superado el crecimiento de la economía no financiera, sino que, explica, ha creado una mentalidad en la industria, donde los directivos gastan más parte de los beneficios en recomprar acciones que en invertir en el futuro del negocio. Se llama creación de valor para el accionista, aunque, de hecho, apunta, es una extracción de valor. No es la única. Las farmacéuticas ponen altos precios a medicamentos especializados a partir del supuesto valor que tendría para la sociedad que la enfermedad no se tratara o se hiciera con una terapia peor. Y a las tecnológicas se les reducen los impuestos por los productos con patentes, queson monopolísticas. Y los gobiernos se doblegan para atraer a los individuos que supuestamente crean más valor. Sin embargo Mazzucato cree que hay que revisar si lo crean, lo extraen o incluso lo destruyen. No ve pruebas de la mayor eficiencia de la inversión del sector privado. Ycitaa Oscar Wilde –“un cínico es alguien que conoce el precio de todo pero el valor de nada”– esperando que este ensayo ayude a que la discusión sobre el valor y quién y cómo lo crea regrese al centro del debate económico, donde siempre estuvo.
La autora italiana quiere volver a situar en el centro el debate sobre el valor