Nacida para ser cómoda
Los cajones, elementos intrínsecos de este mueble, cobran dinamismo
Su nombre ya habla de ella. Del latín commodus, conveniente, oportuna, fácil. La cómoda, como pieza de mobiliario, aspira desde siempre a reunir estos atributos. Surgió como un mueble con cajones sobre patas en el siglo XVII para ofrecer una alternativa más funcional a los arcones y arcas, donde todo se almacena en un mismo compartimento. De hecho, ya a finales del XVI las arcas incorporaron algún cajón inferior o lateral. Los muebles “de guardar”, que hoy llamamos contenedores o de almacenaje, emprendían su viaje evolutivo.
De aquellos dos o tres cajones iniciales, y en un gran brinco en el tiempo, llegamos hasta el mueble Stack de 13 cajones creado por el estudio Raw-Edges, con despacho en Londres, formado por los diseñadores Shay Alkalay y Yael Mer. Una nueva edición limitada hecha a medida se acaba de presentar estos días en el London Design Festival, en el showroom de la empresa británica Established & Sons. La versión más alta, con 178 centímetros, lo convierte casi en un tótem en la estancia donde se coloque. Aquí ya no existe la tradicional estructura divisoria horizontal que separa los cajones. O la carcasa que procura compacidad. Apilados unos sobre otros, los cajones parecen flotar. Se deslizan en dos direcciones tirando de ellos o empujando, y el usuario decide la apertura final de cada bandeja. Así gana en dinamismo. Una irregularidad formal acentuada por la variedad de materiales y acabados elegidos por Raw-Edges como factor definitorio del diseño. APARIENCIA ALEATORIA Si las cómodas del XVIII francés proponían un perfil panzudo y rica ornamentación o las catalanas del XIX se distinguían por la robusta caoba y sobre de mármol, las piezas actuales sobresalen por sugerir espontaneidad y movimiento.
El mueble Terraza creado por Emiliana Design Studio, con despacho en Barcelona desde 1996, reúne cajones de diverso tamaño. “Estos volúmenes –explican los diseñadores Ana Mir y Emili Padrós– aparentemente apilados aleatoriamente sobre una estructura, no sólo funcionan como contenedores sino también como estantes. Sobre ellos puedes dejar cosas y seguir utilizando los cajones libremente”. Además permite jugar a la simetría. Uniendo dos, el mueble deviene apaisado. Esta pieza hibrida, que produce la firma italiana Valsecchi 1918, recuerda por su forma el tinell catalán, o aparador con anaqueles escalonados de los siglos XV y XVI, donde se exhibía la vajilla y otros enseres, y servía para dar apoyo al servicio de mesa. MARQUETERÍA SIGLO XXI En el frontal de la cómoda Maggio, imaginada por Alessandro Mendini –milanés nacido en 1931, hoy leyenda viva del diseño italiano– reside su carácter y perfil tridimensional. Combina tres tipos de madera: olmo, roble y acacia, en composiciones geométricas abstractas. Pero además la sección del cajón lleva talla de diamante. Coronada por un pequeño espejo alargado, la produce la firma italiana Porro en pequeñas series de exquisita manufactura para coleccionistas.
Surgió para ofrecer una alternativa más funcional al arcón, un único compartimento La torre de cajones Stack, con 178 cm de alto, deviene un tótem en el interior de una habitación El contenedor Terraza recuerda los aparadores escalonados de los siglos XV y XVI