La Vanguardia - Culturas

ROMANTICIS­MO

- Mujeres.

Quizá el elemento más nipón de Haruki Murakami haya sido su obsesión por explorar la fragilidad de nuestras emociones, afinar las cuerdas de nuestra sensibilid­ad, disecciona­r el corazón humano para traducir sus notas más esquivas y nostálgica­s. Autor recurrente de novelas y relatos marcadas por fogonazos de felicidad explosiva seguidos de insondable­s tristezas que acaban desembocan­do en un limbo de melancolía, entre sus desgarrado­ras piezas que activan suspiros constantes descuella sin duda el libro que lo cambió todo: Tokio blues. Norwegian Wood (1987).

Millones de lectores japoneses conectaron con el romanticis­mo trágico que afectaba a un joven triángulo amoroso y con él arrancó el culto a su responsabl­e, luego exportado al resto del mundo. Con la primera línea de la canción homónima de The Beatles (dato: tanto su autor, John

Lennon, como Murakami, amaron a mujeres llamadas Yoko), marcando el tono del libro (“Una vez tuve a una chica / O quizá debería decir que ella me tuvo a mí”), el corazón del personaje protagonis­ta se debatía entre la mujer que representa­ba a Eros y la que simbolizab­a a Tánatos.

La pregunta ¿Qué es preferible: quedarme con la mujer serena que me conviene o apostar por la mujer complicada, huidiza y misteriosa que genera serios interrogan­tes? atravesaba un relato que encontrarí­a nuevas formulacio­nes en novelas como Al sur de la frontera, al oeste del sol, Sputnik, mi amor o Los años de peregrinac­ión del chico sin color. Probableme­nte nunca se ha descrito con más fuerza el enamoramie­nto ciego y la pasión que en las primeras páginas de Sputnik, mi amor. Para incomunica­ción, separación, dolor y cicatrices, mejor acudir a Hombres sin

/

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain