De la pincelada al celuloide
Llegan a las salas de cine dos nuevas películas sobre la vida del artista y el proceso de creación. ‘Rodin’, que se estrena la próxima semana, sobre las vicisitudes del escultor francés; y ‘Gauguin, viaje a Tahití’, centrada en la experiencia de este pint
Probablemente sea
(1966) de Tarkovski la película que mejor plasma la trascendencia del arte a través de la historia del gran pintor de iconos en el convulso mundo medieval. Y probablemente sea Peter Watkins quien en su ficción televisiva con aires de documental (1974) mejor haya explorado el alma del artista. Entre las propuestas clásicas merecen destacarse el simpático (1936) de Alexander Korda interpretado por Charles Laughton –mucho después Peter Greenaway utilizará al pintor en la pirueta esteticista de
(2007)- y (1952) de Huston sobre Toulouse-Lautrec. Experimentadores como Raúl Ruiz
Derek Jarman (1986)– también han plasmado vidas de pintores. Y entre las películas recientes son interesantes (2012), sobre la vejez del artista, (2016), sobre la cada vez más reivindicada pintora alemana Paula Modersohn-Becker, y
(2017), con Geoffrey Rush metido en la piel de Giacometti.
Entre los perfiles de genios atormentados destacan
(1972) de Ken Russell sobre el escultor Henri Gaudier,
(1998) sobre Francis Bacon,
(2000) de Ed Harris, y (2002) de Julie Taymor sobre Frida Kahlo. El genio por antonomasia, Picasso, ha dado pie a la polémica
(1996) de Ivory, la simpática (2012) de Fernando Colomo, sobre el robo de que llevó a Apollinaire al calabozo, y el documental de Clouzot
(1956), que muestra al artista en plena creación pintando sobre un cristal.
Entre los retratos más veristas brillan el (1991) de (2006)– y Maurice Pialat y sobre todo la soberbia (2014) de Mike Leigh. Y sobre la relación del artista y el poder hay una joya imbatible, el penúltimo capítulo de la primera temporada de que recrea el duelo entre Graham Sutherland y Churchill cuando el primero recibe el encargo de pintar el retrato del viejo mandatario.
En el caso español hay que mencionar
(1999) de Saura y dos documentales: el modesto pero muy efectivo (2013) de David Trueba sobre los hermanos Santilari, y sobre todo
(1992) de Víctor Erice, prodigiosa plasmación del proceso creativo de Antonio López.