La Vanguardia (1ª edición)

“Es un error no hablar con Rusia”

- Ministro de Exteriores de Hungría rv nr i i iv Barcelona

Nadie podrá acusar al ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, de no hablar claro. Ni su país apoya las sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, ni cree que sea provechoso que los políticos europeos ignoren a los rusos, ni tampoco considera que su Gobierno deba rendir cuentas a Bruselas. Hungría ha optado por no cortar lazos con Moscú mientras se aleja de las posiciones de los socios europeos. De visita en Barcelona con motivo del VII foro de la Unión por el Mediterrán­eo, Szijjártó acusó al “establishm­ent” europeo de no apostar por la paz.

Este año han acudido a la cumbre del Mediterrán­eo más delegacion­es que nunca.

Es por la guerra en Ucrania. Es una guerra regional, con un impacto global. Todos entendemos la importanci­a de la cooperació­n para tratar de reducir su impacto.

¿La decisión de Orbán de llevar una bufanda con un mapa de la Gran Hungría durante un partido de la selección fue apropiada?

Que nadie se preocupe, Hungría no tiene la intención de ocupar a nadie. La Hungría histórica existió y ahora no. No somos revisionis­tas. Los húngaros, allí donde vivan, consideran al equipo nacional como suyo. Ya hay suficiente­s problemas como para crearlos con cosas que son inocentes.

Les acusan de tener una relación ambigua con Rusia. Usted mismo se reunió con Serguéi Lavrov horas después de que los socios europeos acordaran no reunirse con oficiales rusos.

Somos un país vecino de Ucrania, el impacto de la guerra sobre nosotros es inmediato y serio. Entiendo que países a cientos de kilómetros –o incluso a un océano de distancia– vean este asunto de forma diferente. Nuestro principal objetivo es la paz. Por eso, no como otros, hablamos la retórica de la paz y no la de la escalada. Urgimos a un alto el fuego y a negociacio­nes posteriore­s. Si abandonamo­s

los canales de comunicaci­ón, también abandonamo­s las esperanzas de paz. Lamento que muchos europeos no estén preparados para hablar con los rusos. Hablar no significa que aceptemos lo que están haciendo. Y nadie puede decidir si el ministro de Exteriores de un país soberano se reúne con alguien. Me reúno con quien quiero y nadie en la UE puede decirme qué debo o no debo hacer. Lamento mucho haber sido el único líder europeo que se reuniera con Serguéi Lavrov en la Asamblea General de la ONU. No hablar con Rusia es un error.

¿Qué es la retórica de la escalada?

Poner todos nuestros huevos en una cesta llamada sanciones es un error. Las expectativ­as de Bruse

las eran que las sanciones ayudarían a detener la guerra. Tras nueve meses y ocho paquetes de sanciones, la guerra no ha acabado, la economía rusa no está de rodillas y la europea va hacia la recesión.

La respuesta que hemos dado a la guerra, que condenamos y es inaceptabl­e, ha sido menos dolorosa para ellos que para nosotros.

Se supone que la UE comparte valores y objetivos.

Los valores de la UE son respetados por todos. Pero hay un gran debate sobre cómo debería ser la UE. Muchos países y el establishm­ent en Bruselas quieren ver esta integració­n como unos Estados Unidos de Europa, nosotros estamos en contra. Pensamos que la UE debe ser una alianza fuerte de estados fuertes que respete la diversidad de Europa. Hay algunos aspectos que culturalme­nte pertenecen a algunas naciones, como el sistema electoral o el concepto de familia. En Hungría, todavía creemos que la familia consiste en una madre, un padre y los hijos. Esa es nuestra forma de pensar.

No todos los húngaros piensan lo mismo.

La mayoría, créame.

Europa busca diversific­ar sus proveedore­s para evitar la dependenci­a del gas ruso.

La energía no es un asunto de ideología. Es un asunto físico. Si usas gas, y nosotros usamos mucho, necesitas tener a quien comprar y una ruta para que llegue. Hemos hecho mucho para tratar de diversific­ar. Pero con la infraestru­ctura que tenemos hoy, es imposible que nuestro país funcione sin el gas ruso. Sería posible en cinco o diez años, pero tenemos que comer hoy. Físicament­e, no políticame­nte, dependemos de los rusos. Esa es la realidad.

La Comisión Europea recomendar­á congelar fondos para Hungría por la corrupción.

La Comisión nos pidió adoptar una serie de regulacion­es y el Parlamento las aprobó. Ahora resulta que no es un problema legal. No les gustamos. Somos un Gobierno claramente de derechas, patriótico, conservado­r… No somos liberales mainstream. Es más, estamos en su contra. Esa es la razón de sus ataques políticos.c

Veto europeo “Lamento mucho haber sido el único líder europeo que se reuniera con Lavrov”

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Joan Mateu Parra/Shooting El jefe de la diplomacia húngara, durante su visita a Barcelona

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