La Vanguardia (1ª edición)

Los alumnos que suspenden mates son el doble en la pública que en la privada

La titularida­d del centro, la complejida­d del alumnado y las repeticion­es afectan

- Carina arrera Barce ona

El bajo rendimient­o en matemática­s de los estudiante­s de 4.º de ESO que se examinaron de competenci­as básicas el pasado mes de marzo, que fue el más bajo de los últimos once años, esconde grandes diferencia­s entre colectivos de alumnos entre las que destaca el resultado de los centros públicos que reflejan un retroceso mayor que los de titularida­d privada.

Así, según el informe del Consell Superior d’Avaluació de la Generalita­t, que es el organismo encargado de evaluar el sistema educativo, si la puntuación media obtenida por el conjunto de jóvenes catalanes que acaban este curso la educación básica es de 61 –lo que está a 9 puntos de lo que los estándares internacio­nales sitúan como mínimo óptimo–, en los centros públicos esta media se sitúa en 58,2 y en los privados en 66,5.

Los alumnos con un rendimient­o de nivel muy bajo son cada si el doble en la pública que en la privada, con cifras del 28,2% y del 15,1%, respectiva­mente. Para la salud del sistema formativo se considera que en esta situación deberían encontrars­e menos del 15% de la población escolar, ya que se tratan de los conocimien­tos básicos que un ciudadano debe adquirir al finalizar la educación obligatori­a. Y preferente­mente se espera que no superen el 5%. Por tanto, cifras cercanas al 30% son muy elevadas.

Si a estos alumnos que obtienen el equivalent­e a un “no lo

nagro” se suman los que obtienen un nivel medio bajo, la cifra se eleva al 60% en la pública y al 43% en la privada.

En el extremo del nivel alto también se observan diferencia­s entre el 14,2% de alumnos con todas las respuestas de competenci­as

El rendimient­o de los estudiante­s de 4.º de ESO varía 16 puntos si el centro es de alta o baja complejida­d

básicas correctas y del 23,4% en centros privados.

Para dos tercios de estudiante­s que hicieron estas pruebas el pasado marzo, más de 81.000 adolescent­es, los ejercicios de competenci­as básicas les parecieron “fáciles” o incluso “muy fáciles” en su conjunto. En cambio, el examen de matemática­s invierte esta proporción. La percepción para 5 de cada 10 es que habían sido “difíciles” y 2 de ca10 añadieron el superlativ­o “muy”.

La tipología de centro, no por la titularida­d, sino por la composició­n de sus alumnos también afecta a los resultados obtenidos por los alumnos. El Departamen­t d’Educació divide los centros por tres categorías en función de su complejida­d: alta, media y baja. Analiza factores como la especifici­dad de alumnos con necesidade­s educativas especiales, con desventaja­s educativas por su situación económica, cultural o social o por el tiempo en el que se han incorporad­o al sistema educativo. La movilidad de alumnos y de profesores, el absentismo o la baja demanda de matrículas son otros factores considerad­os. De este modo se aplican políticas de compensaci­ón para ayudar a reequilibr­ar el mapa con más profesores de refuerzo o menos alumnos por aula.

Pese a ello, los centros de alta complejida­d se han alejado de la media de Catalunya (una puntuación de 52 frente el 61 del total) con el 40% de no aprobados. Solo 3 de cada 10 alumnos se encuentran en niveles medios o altos. El resto están en niveles medio bajos de unas competenci­as matemática­s que ya son básicas.

En cambio, los porcentaje­s de los centros que no tienen esta carga sobre la diversidad cumplen o se acercan a lo que los estándares internacio­nales dan por bueno: una puntuación de 69 (la óptima es 70), un 8% de alumnos que no logran el mínimo (menos del 15%) y más de un 26% que responden a todo correctame­nte (deseable más del 30%).

En el informe se indica que en esta variable –y en la de los repetidore­s– hay que “tomar medidas urgentes para la equidad del sistema”. De hecho, en matemática­s, la repetición no ha servido apenas, o no para el propósito buscado, mejorar el progreso académico. A pesar del año transcurri­do, 8 de cada 10 están en niveles bajos o muy bajos. La mitad de los repetidore­s sigue en el “no logro” contando que están al fin de su educación obligatori­a.

Finalmente, el informe del Consell también evalúa las diferencia­s obtenidas según el género del alumno. Y como en otros años, los chicos demuestran mejor desempeño que las chicas con menos estudiante­s de nivel muy bajo (19 frente a 28 de las chicas) y más alumnos en la franja alta (22 frente a 13).c

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Mané E El 70% de los alumnos calificaro­n la prueba de matemática­s como difícil o muy difícil

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