La Vanguardia (1ª edición)

Bandera amarilla por los efectos de las tormentas

- Barcelona

La verdad es que la ocupación de estos bajos comerciale­s ubicados en el número 7 de la calle Sant Joaquim desató en los últimos meses unas cuantas quejas vecinales. Muchos estaban preocupado­s ante la creciente cantidad de deshechos que allí se iban acumulando. De hecho, el Ayuntamien­to de Sant Adrià ya había instado a la propiedad de este local a arrancar cuanto antes los trámites necesarios para su desalojo. Así lo explicó ayer la alcaldesa de la ciudad, Filo Cañete.

Los Bombers de la Generalita­t tuvieron conocimien­to del siniestro poco antes de las nueve de la mañana. Al lugar acudieron diez dotaciones. Los testigos destacan que el fuego creció con mucha rapidez. Los Bombers tardaron una hora en extinguir las llamas. Fuentes del cuerpo destacaron la gran cantidad de combustibl­e acumulada en el local, unos deshechos que alimentaro­n el fuego. A pesar de la avanzada de edad de muchos de sus usuarios, el desalojo de la residencia de ancianos Mossèn Anton se produjo sin incidentes porque el equipamien­to está a pie de calle. Entretanto, los Bombers obligaban a algunos vecinos a confinarse en sus viviendas, y a otros a marcharse.c

La gran mayoría de playas del Maresme y Barcelona mantuviero­n la bandera amarilla izada durante todo el domingo por la mala calidad del agua tras las fuertes tormentas del viernes. No ha sido un fin de semana para bañarse en esta zona. El sábado en muchos casos era la bandera roja la que ondeaba frente a un mar en el que las aguas fecales y la suciedad arrastrada eran más o menos visibles en todo el litoral, desde la capital catalana hasta Cabrera de Mar, con especial intensidad en Badalona.

El Ayuntamien­to ya había instado al propietari­o a que procediera al desalojo cuanto antes

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