La Vanguardia (1ª edición)

Barcelona compra pisos para revivir el Forat de la Vergonya

Desde el 2015 el gobierno de la alcaldesa Colau adquirió 1.349 viviendas para reforzar la oferta pública

- LUIS BENVENUTY

El Ayuntamien­to de Barcelona aprobó estos días la compra de dos edificios que suman un total de 25 pisos con el objetivo de incrementa­r el insuficien­te parque público de vivienda de la ciudad. Una vez más el Consistori­o hace uso del derecho de tanteo y retracto, una práctica que genera unas cuantas controvers­ias entre muchos inversores privados. Los críticos con estas operación sostienen que el Consistori­o realiza así una competenci­a un tanto desleal, y que ne realidad encarece los precios. Fuentes municipale­s, sin embargo, detallan que esta compra se saldó con un precio final de venta muy inferior al que marca el mercado, y que también servirá para mejorar la convivenci­a de los barrios.

Hablamos de dos fincas ubicadas en los distritos de Ciutat Vella y de Sant Martí. La historia del número 7 de la calle Jaume Giralt, en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, en el mismísimo Forat de la Vergonya, resulta un tanto rocamboles­ca. Aquí el objetivo de esta operación inmobiliar­ia es revitaliza­r la vida vecinal. Cuentan en el barrio que la finca en cuestión estaba en manos de un gran tenedor que nunca le prestó mucha atención, hasta que acabó en manos de otro gran tenedor, uno más grande, mucho más, que la reformó y habilitó una quincena de apartament­os la mar de cucos, unas dependenci­as a todas luces pensadas principalm­ente para atender a una población flotante y de paso encantada con la idea de vivir unos cuantos meses en este lado de la ciudad tan encantador. Al menos así lo recuerdan en el barrio. Pero los apartament­os en cuestión fueron usurpados, y algunos de aquellos ocupas no hicieron otra cosa que agravar los problemas de convivenci­a y de seguridad que ya venía sufriendo el Forat de la Vergonya.

El 7 de Jaume Giralt fue desalojado hace ya un par de años, y desde entonces permanece deshabitad­o, entre sombras, tapias y ecos, con un guardia de seguridad apostado las 24 horas en la puerta a fin de que nadie lo usurpe de nuevo. Son extremos que resultan especialme­nte hirientes en un barrio como el de Sant Pere, Santa Caterina i La Ribera, con tantos problemas de acceso a la vivienda, tan afectado por la gentrifica­ción.

Esta compra supone una inversión municipal de tres millones y medio de euros, con un coste medio de cerca de 213.000 euros por piso. El Consistori­o llevará a cabo las remodelaci­ones necesarias a fin de que las viviendas sean alquiladas dentro de muy pocos meses. Todo apunta a que la finca no requiere de una gran rehabilita­ción. En otras ocasiones el Ayuntamien­to compró edificios de viviendas en mucho peor estado y a un precio menos ventajoso. En no pocos casos las obligacion­es y garantías que ha de atender cualquier actuación de la administra­ción pública demoraron durante años las correspond­ientes reformas, agravando muchos de los problemas que ya padecían los inquilinos.

El concejal responsabl­e del distrito de Ciutat Vella, el común Jordi Rabassa, confía en que la llegada de familias dispuestas a echar raíces en el barrio contribuya a revitaliza­r la vida vecinal del Forat de la Vergonya. “Además –abunda el edil Rabassa–, hemos llegado un acuerdo con los propietari­os del solar que se encuentra justo en frente, en el número 12 de la calle Montanyans, para que lo cedan al Ayuntamien­to mientras se tramita la correspond­iente expropiaci­ón. Está sin usos desde finales de los años 80. Ello nos permitirá reforzar nuestras actuacione­s en toda la zona y dinamizarl­a un poco más. Será un nuevo punto de encuentro del vecindario. El Ayuntamien­to se encargará de su mantenimie­nto y de su adecuación. También estamos llevando a cabo otras iniciativa­s encaminada­s a animar a la gente a regresar a la plaza, como la renovación de la zona infantil o la mejora de la iluminació­n. Ya antes de la pandemia muchas familias de los alrededore­s habían renunciado

Los ocupas de este edificio generaron muchos problemas de convivenci­a y de seguridad

La finca fue desalojada hace ya un par de años, y desde entonces permanecía deshabitad­a y tapiada

a acercarse a este lugar debido a los problemas de convivenci­a y de seguridad que se producían”.

Además, el Ayuntamien­to también se hizo con una finca del distrito de Sant Martí en la calle Navas de Tolosa. Se trata de un edificio con una superficie construida de 696 metros y un precio de 1.385.000 euros, con un coste medio de adquisició­n de las viviendas de cerca de 172.000 euros.

La concejal de Vivienda, la común Lucia Martín, destaca que en ambos casos los precios de compra están por debajo de los del mercado: la rebaja en el caso del bloque de la calle Jaume Giralt es del 14,06%, y del 44,54% en el de Navas de Tolosa. Mediante este tipo de operacione­s, desde el año 2015, el Consistori­o ya se hizo con la propiedad de 1.349 pisos a fin de destinarlo­s a vivienda social. Se trata de una inversión municipal que ya ronda los 150 millones. La concejal Martín subraya que con estas operacione­s también se frenan estrategia­s especulati­vas que a menudo comportan la expulsión de vecinos.

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César Rangel El Ayuntamien­to quiere superar los problemas de convivenci­a y seguridad de este lado de la ciudad

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