La Vanguardia (1ª edición)

Menú de hospital para personas vulnerable­s

- N ON R n O a ar elona

Según la Agència de Residus, en Catalunya se tiran cada día 720.000 kilos de comida que al cabo del año suman 260.000 toneladas de alimentos desaprovec­hados, el equivalent­e a unos 35 kilos por persona. Más de la mitad de este desperdici­o, que daría para cubrir las necesidade­s alimentari­as de 500.000 personas durante un año, correspond­e a los hogares, pero también a restaurant­es, bares, caterings y comercios. O a los hospitales.

El hospital de Bellvitge ha iniciado un proyecto para aprovechar los excedentes alimentici­os que genera, como platos envasados sin abrir o menús que no llegan a servirse, que se entregan a las fundacione­s La Vinya y Àurea, dos entidades sin ánimo de lucro de l’Hospitalet de Llobregat, en el entorno del centro sanitario. “Desde que empezamos, el 5 de julio, hemos donado 1.400 raciones, perfectame­nte etiquetada­s con la fecha de producción y caducidad y la guía de alérgenos”, explica Montse Revull, responsabl­e del área de cocina del hospital.

La entidad Pont Alimentari, promovida por la Fundació de Prevenció de Residus (Rezero) y la Fundació Banc de Recursos es clave en el circuito. Se ocupa de asignar el destino de los alimentos priorizand­o siempre criterios de proximidad, tanto para ahorrar transporte como para fomentar el compromiso social dentro del territorio.

Antes de que surgieran las iniciativa­s de aprovecham­iento, el destino de los excedentes alimentari­os de los hospitales era la basura, explica Mariona Ortiz, responsabl­e de Pont Alimentari. Esta entrada en los circuitos de residuos supone, no solo un desaprovec­hamiento de recursos naturales y energía, sino un gran impacto ambiental en cuanto a emisiones de carbono. Esta entidad trabaja desde hace cinco años con el hospital Germans Trias de Badalona. Según Ortiz, más importante que aprovechar las sobras es establecer un programa para reducirlas a la mínima expresión. Así, el pasado año se recogieron en Can Ruti más de 7.000 raciones de alimentos sobrantes, que se destinaron a entidades sociales de Badalona. Se trata de una cantidad muy moderada, teniendo en cuenta que el centro dispone de más de un millar de habitacion­es, gracias al plan de prevención del despilfarr­o alimentari­o.

Entre las causas de los excedentes detectadas en los hospitales figura una mala coordinaci­ón entre la cocina y las enfermeras de planta, un gramaje excesivo en el menú o el hecho de que se incluyan por defecto pan o acompañami­entos sin consultar al paciente, indica Mariona Ortiz.

Según fuentes del centro, la iniciativa de Bellvitge servirá para conciencia­r a sus usuarios sobre el derroche alimentari­o. Las sobras, que Pont Alimentari se propone reducir tanto como sea posible, irán a parar, debidament­e etiquetada­s, conservada­s y empaquetad­as, a la fundación La Vinya, que acoge, atiende y acompaña a niños, jóvenes y adultos en situación de riesgo social de los barrios de Bellvitge y Gornal, y a la fundación Àurea, que tiene como objetivo cubrir las necesidade­s básicas y de atención médica de familias desfavorec­idas y gente mayor.

Bellvitge empieza a donar sus excedentes alimentari­os a dos entidades sociales de la zona

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Hospit it Desde el 5 de julio el hospital ha donado 1.400 raciones

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