La UE quiere marcar la senda de los derechos digitales globales
Una nueva Carta reafirma la protección en el entorno online
La Unión Europea se propone usar una de sus mejores cualidades, su poder blanco para fijar estándares mundiales, para ponerse a la vanguardia de la protección de los ciudadanos en el entorno digital al tiempo que fija un marco democrático claro para el proceso de transformación que vive el continente. Es el objetivo de la Carta de Derechos Digitales presentada ayer por la Comisión Europea, que quiere por un lado informar a los ciudadanos de sus derechos online y, por otro, ofrecer una guía para las autoridades regulatorias y la industria de cara al desarrollo de nuevas tecnologías.
El documento aboga por la solidaridad, la inclusión y la defensa de la libertad de elección como principios básicos y reivindica que se tenga en cuenta especialmente a “las personas mayores, discapacitadas, marginadas, vulnerables o privadas de sus derechos”. La campaña por un trato más humano de los bancos a los mayores lanzada en Change.org por un jubilado valenciano bajo el eslogan “Soy mayor, no idiota”demuestra la relevancia de los asuntos abordados en la declaración.
“Europa no está sola en esto, estamos viendo discusiones similares en Australia, India y Estados Unidos”, recordó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. Pero “con esta declaración queremos ponernos a la vanguardia de este momentum global y crear algo que nos permita tomar acciones sobre el terreno y algo juntos, si podemos inspirar a nuestros socios”. La declaración europea, resumió el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, “establece de una vez para siempre que lo que es ilegal online debería ser también ilegal offline. Queremos promover estos principios como un estándar para el mundo”. Europa, dijo, ofrece una visión humanitaria frente a la de Estados Unidos, dominada por las empresas, o China, controlada por el Gobierno.
El objetivo de la Comisión Europea es que los derechos y principios recogidos en la declaración, que debe ser aprobada por el Consejo y la Eurocámara, tenga su reflejo en la vida diaria de los ciudadanos en forma de ofertas de acceso a internet de alta velocidad a precios accesibles, escuelas equipadas, formación digital específica, facilidades para acceder a servicios públicos, un entorno seguro para los niños, control sobre los datos personales o la desconexión después del horario laboral.
“Queremos tecnologías seguras que funcionen para la gente y que respeten nuestros derechos y valores, también cuando estamos online. Y queremos que todo el mundo tenga la capacidad de participar activamente en nuestras cada vez más digitales sociedades”, explicó Vestager.
La campaña “Soy mayor, no idiota” demuestra la relevancia de los derechos digitales