La Vanguardia (1ª edición)

Islas arrasadas en un “desastre sin precedente­s” por el volcán en Tonga

El Gobierno del archipiéla­go confirma tres muertes y pide agua potable

- SYDNEY

Cuatro días después de que la erupción del Hunga Tonga Hunga Ha’apai provocara un tsunami con olas de hasta 15 metros de altura, el archipiéla­go de Tonga seguía ayer prácticame­nte incomunica­do en lo que el Gobierno de la nación del Pacífico describió como “un desastre sin precedente­s”. Por el momento se han confirmado tres víctimas mortales, pero la cifra podría aumentar dada la devastació­n que muestran imágenes aéreas en algunas islas, donde todas las casas han quedado destruidas.

Con las comunicaci­ones gravemente obstaculiz­adas por la ruptura de un cable submarino, la informació­n sobre la magnitud de la devastació­n tras la erupción del sábado proviene principalm­ente de aviones de reconocimi­ento. No obstante, la oficina del primer ministro, Siaosi Sovaleni, dijo que todas las casas en la isla de Mango, donde viven unas 50 personas, habían sido destruidas, solo quedaban dos casas en pie en Fonoifua y la isla Namuka había sufrido grandes daños.

Un miembro del cuerpo diplomátic­o del país en Australia aseguró que las imágenes tomadas por la Fuerza de Defensa de Nueva Zelanda mostraban escenas “alarmantes” de una aldea destruida en Mango y edificios desapareci­dos en la isla Atata, más cerca del volcán. “Posiblemen­te habrá más muertes y rezamos para que no sea el caso”, dijo a Reuters.

Las olas del tsunami golpearon el grupo de islas Ha’apia, donde se encuentra Mango, y la costa oeste de la isla principal de Tonga, Tongatapu, donde los residentes están siendo trasladado­s a centros de evacuación. Ministros del Gobierno emitieron advertenci­as contra el aumento de precios en medio de preocupaci­ones sobre la escasez de suministro­s.

Atata y Mango se encuentran a entre 50 y 70 kilómetros del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, que envió olas de tsunami a través del océano Pacífico cuando entró en erupción con una explosión que se escuchó en Nueva Zelanda, a 2.300 kilómetros de distancia. La isla de Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, en el llamado cinturón de fuego del

Pacífico, casi desapareci­ó después de la explosión, según imágenes por satélite, lo que dificulta que los vulcanólog­os controlen la actividad.

Una gruesa capa de cenizas cubría ayer las islas. El aeropuerto principal del archipiéla­go, en Tongatapu, no sufrió daños, pero la caída de cenizas complicó las operacione­s, lo que dificulta los esfuerzos de ayuda internacio­nal.

Uno de los problemas más graves señalados por el Ejecutivo del archipiéla­go es la escasez de agua potable. Dos barcos de la Marina de Nueva Zelanda zarparon ayer cargados de ayuda humanitari­a y tienen prevista su llegada este viernes. Australia tiene preparado otro navío con ayuda de emergencia, incluidos 250.000 litros de agua potable y una planta de desaliniza­ción con capacidad de producir 70.000 litros.

Ambas naciones tienen previsto enviar aviones con más suministro una vez se haya podido limpiar la pista de aterrizaje en la capital tongana.

La Cruz Roja calcula que unas 80.000 personas, de los 105.000 habitantes del país, han sido afectadas por esta catástrofe natural, y los expertos no descartan que se produzcan otros incidentes de actividad volcánica.c

La gruesa capa de ceniza que cubre el principal aeropuerto dificulta la llegada de ayuda humanitari­a

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HgencUT / AFP Imágenes del volcán Hunga Ha’apai antes y después de su erupción

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