Barcelona refuerza la presencia policial con 384 nuevos mossos
Colau preside el acto de la Guardia Urbana denunciando campañas de desprestigio de la ciudad
Jovencísimo, vestido de paisano, con un piercing en la oreja izquierda y buscando pasar desapercibido en una de las últimas filas del salón de actos de la Fira de Barcelona, el nuevo mosso d’esquadra se concentraba estudiando su próximo movimiento en la partida de ajedrez que disputaba en el móvil. Tras un periodo de prácticas de patrullero en l’Hospitalet, desde esta semana el joven policía es uno de los 384 nuevos mossos de la última promoción que trabajarán en la ciudad de Barcelona. A todos les dieron ayer la bienvenida en un acto en el que sus jefes les advirtieron de que aterrizan en una ciudad compleja y en la que todo el que quiere se doctora con nota en este oficio.
El de ayer debía de ser un acto informal, interno, de trabajo, en el que el comisario jefe de la región de Barcelona, Carles Anfruns, daba la bienvenida a sus nuevos agentes. Pero el conseller de Interior, Miquel Buch, quiso participar y junto a él toda la cúpula de su departamento, con el nuevo jefe de la policía, Pere Ferrer, debutando en su primer acto oficial fuera del despacho.
Buch quería estar ayer porque fue suya la nada fácil decisión de dedicar un 70% de los agentes recién salidos de la escuela de policía a la ciudad de Barcelona. Hacerlo tras siete años sin promociones y con una escasez de uniformes generalizada en todo el territorio no debió ser sencillo. Ayer, el comisario Anfruns estaba pletórico, radiante. Un entusiasmo impensable en otras regiones policiales que han visto como su incremento de policías se reducía a la mínima expresión para favorecer el crecimiento de Barcelona.
Durante meses, Miquel Buch y su equipo escucharon las duras críticas de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que llegó a acusar a los responsables del departamento de desfavorecer la ciudad intencionadamente y con fines políticos. En julio, la víspera de la Junta de Seguridad de Barcelona, el conseller anunció en una rueda de prensa el impulso de un plan estratégico de seguridad que implicaba la llegada de los 384 nuevos policías.
La decisión de Buch se produjo en un momento insostenible con incidentes violentos diarios en las calles del centro de la ciudad que copaban las noticias a diario. Ayer mismo, pero por la tarde, la propia Colau se refirió a lo ocurrido este verano para asegurar que se trataba de “campañas basadas en alarmismos” y que tenían como único objetivo “desprestigiar la ciudad”.
La alcaldesa hizo ese discurso durante el acto central del patrón de la Guardia Urbana, San Rafael, celebrado por la tarde en el auditorio principal del Fòrum. Si como aseguró Colau, lo sufrido este verano en la ciudad de Barcelona hubiera sido sólo fruto de campañas interesadas, el anterior director de la Policía, Andreu Martínez, nunca hubiera hecho suya la necesidad de satu