Salvar a la soldado Goulard
La comisaria francesa sigue cuestionada en un día de aprobado casi general
Salvar a la soldado Goulard. Éste podría ser el nombre en clave de la operación lanzada desde París para rescatar a su candidata en apuros. Substituyendo a Normandía por Bruselas, su objetivo es evitar el veto del Parlamento Europeo a la candidata francesa a ocupar la muy poderosa cartera de Mercado Interior. Después de fracasar en su primera audición, ayer Sylvie Goulard entregó sus respuestas a las preguntas escritas adicionales que se le formularon, y esta mañana el Parlamento Europeo emitirá su veredicto, que puede ser el aprobado, la convocatoria de una segunda audición o incluso buscar una salida recortando parte de sus competencias.
Ayer, los populares eran los que mantenían posturas duras, mientras que entre los socialistas ganaban terreno los que consideraban que estas respuestas podían ser suficientes.
Las dificultades de la candidata sobrevolaron la entrevista que el lunes mantuvo el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, con el presidente francés Emmanuel Macron en París, mientras que, ayer, para completar la presión, la propia candidata se reunió con el presidente de los populares europeos, Manfred Weber, en un intento de ablandar las resistencias.
El suspense sobre la suerte de Sylvie Goulard se mantuvo en un día, ayer, en que se multiplicaron los aprobados a otros candidatos, incluso algunos anteriormente muy cuestionados como el polaco Janusz Wojciechowski y la sueca Ylva Johansson, que aprovecharon su segunda oportunidad después de fracasar en su audiencia inicial.
Pero el caso de Goulard es especial, tanto por su país de procedencia, la poderosa Francia, como por la cartera a la que va destinada, un Mercado Interior reforzado con la dirección general de Industria de Defensa. Su veto supondría un revés tanto para Macron como para la presidenta Ursula von der Leyen, al caerse una pieza importante de su equipo. Sería, además, la primera ocasión en que se veta al comisario de un país de los grandes, con la excepción del italiano Rocco Buttiglione en 2004.
Cuestionada por las investigaciones que tiene abiertas por el caso de los salarios ficticios, pagos a sus asistentes del Parlamento Europeo cuando ya no ejercían como tales, Goulard no se comprometió explícitamente a dimitir en caso de ser imputada, como le requerían varios diputados. Eligió una fórmula mixta, dimisión en caso de condena en firme, y si fuera imputada “consideraré si puedo continuar ejerciendo mi mandato de manera efectiva. Entonces, de acuerdo con el Código de Conducta de la Comisión, consultaré con la presidenta la decisión a tomar”.
Goulard insiste en el respeto a la presunción de inocencia, y también mantiene que los 49.407 euros que recibió del Instituto Berggruen, un think-tank norteamericano, mientras ejercía de eurodiputada, eran legales y fueron declarados, ya que no hay ningún límite a la remuneración por otros trabajos que puede recibir un miembro del Parlamento Europeo. Lo que sí reconoce es que, visto ahora en perspectiva, “a nivel ético, lamento que esta actividad haya arrojado dudas sobre mi integridad o mi capacidad para actuar de manera independiente a favor de los intereses europeos”.
Por lo que se refiere a los otros candidatos, en su segunda oportunidad pasó la prueba el polaco Wojciechowski , que fracasó en el primer intento por su desconocimiento de la materia a la que va a dedicarse, la agricultura. Esta vez,
Pasan el polaco Wojciechowski y la sueca Johansson, que fallaron el primer test
Validado con el único voto en contra de la extrema derecha (Le Pen y Salvini)