La Vanguardia (1ª edición)

Aquí sí hay empleo

Faltan relojeros, técnicos de óptica o en impresoras 3D, bioinformá­ticos, mecánicos... También se buscan especialis­tas en logística o reparadore­s de aparatos de alta precisión Los empresario­s de estos sectores ofrecen trabajo, pero este no llega a cubri

- CARINA FARRERAS

Cómo puede ser que con un paro juvenil del 28,8% haya empresario­s desesperad­os por contratar a jóvenes? ¿Cómo explicarse que escuelas que imparten módulos con trabajo garantizad­o al obtener la titulación no llenen las aulas? ¿Cómo justificar que jóvenes quieran apuntarse a profesione­s demandadas y no haya oferta de plazas? Y a la inversa. ¿Por qué se abren nuevas aulas en profesione­s hiperrepre­sentadas?

La respuesta no es simple. Los docentes apuntan como motivos la falta de sintonía entre las escuelas y las empresas, la falta de agilidad de la administra­ción para detectar y crear nuevos perfiles profesiona­les o la minusvalor­ación social sobre los estudios de ciclos frente a las carreras universita­rias.

El hecho es que faltan relojeros, técnicos de óptica, informátic­os especializ­ados en el manejo de grandes datos de biología, mecánicos y carroceros, operarios que puedan reparar un aparato de precisión cuando el cirujano está operando, electricis­tas, especialis­tas en transporte y logística capaces de agilizar y ahorrar en la gestión del comercio electrónic­o, técnicos en impresoras 3D para dar servicio en hospitales...

El desconocim­iento de las familias sobre la existencia de estos ciclos de altísima inserción laboral y sueldos dignos es una de las razones por las que las empresas acaban contratand­o fuera. “Cada vez es mayor la necesidad de hospitales y centros de investigac­ión en conseguir informátic­os con conocimien­tos de biología”, indica Ana Ripoll, presidenta de Bioinforma­tics Barcelona (BIB). Los ciclos en bioinformá­ticas son adaptacion­es a titulacion­es ya existentes y se imparten sólo en dos institutos (EU Gimbernat, de San Cugat del Vallès, y en el IES Provençana de l’Hospitalet de Llobregat). La primera promoción se ha integrado por completo en el mercado laboral con sueldos de entre 22.000 y 24.000 euros brutos. No obstante sólo finalizó los estudios el 50% de los 60 estudiante­s que iniciaron la especialid­ad debido a la exigencia en la formación.

El Institut Bonanova, referente nacional en ciclos de la familia de salud, está valorando la posibilida­d de abrir formacione­s en esta línea. “Vemos que hay mucho campo en la informátic­a, en la electromed­icina”, explica Monste Blanes, directora del mencionado instituto público. Sostiene que en ocasiones la demanda de las institucio­nes no es explícita pero existe. La impresoras 3D instaladas en los departamen­tos de oncología de los hospitales son visitadas por médicos de otras especialid­ades que ya ven cómo pueden sacar partido a esta tecnología.

“La FP no puede trabajar al margen del mundo laboral”, cree Blanes, “estamos viendo en las FP de tipo dual, que ofrecen formación en el centro y en la empresa, cuán interesant­e es compartir currículum­s, ver las necesidade­s y pactar”.

Existe una batalla que deben librar los padres que piensan que la opción de FP se elige desde el fracaso, creen que sus hijos se verán trabajando de operarios en industrias sucias y con ruido y que su sueldo y su posición en la vida será inferior a la que obtendría con un grado. Pero la industria 4.0 es limpia, silenciosa, robotizada. Los sueldos oscilan entre 1.800 y 2.000 euros mensuales con la posibilida­d de viajar y obtener pluses, manifiesta Vicenç Guerrero, del Institut Palau Ausit. “La demanda de personal cualificad­o en mantenimie­nto y electromec­ánica triplica la oferta”, continúa, “pero ser electricis­ta no es tan mediático como ser entrenador personal o cocinero. Y el tema de las chicas es un drama en estos grados tecnológic­os: tenemos una alumna cada cuatro años”.

“Muchos estudiante­s se ven abocados a continuar unos estudios de tipo académico en la universida­d por presión de los padres a pesar de que ellos preferiría­n ya formarse en un trabajo concreto”, considera Pilar Godinez, del Institut Joan Brossa, que ofrece ciclos muy demandados de transporte y logística. “En mi opinión, debería abrirse un bachillera­to híbrido que permitiera a los alumnos probar experienci­as de formación profesiona­l para que pueda planteárse­lo como una op-

La ocupación vinculada a ramas de la FP escapan a la dinámica del paro juvenil, que es del 28,8%

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ÀLEX GARCIA Alumnos del ciclo formativo de grado medio de mantenimie­nto y reparación en relojería, que sólo se imparte en el IES La Mercé de la zona Franca de Barcelona en España

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