A partir de una patata
El humor gráfico de Toni Batllori, en dibujos originales expuestos en la librería Jaimes
La fijación con la patata ya forma parte de nuestra cultura visual. Su forma ovalada y abultada es una figura embrionaria, irregular, que brota tranquila como quiere. Artistas de aquí como Tàpies, Miró, Jujol o Perejaume se han servido en la forma y en su poética. Con el libro Dibuixa’m una patata. El que he après fent de ninotaire, Toni Batllori (Barcelona, 1951) le reconoce al tubérculo el gesto inaugural, en este caso en el ámbito del dibujo. “Sirve para representar prácticamente todo. Si la pones en el suelo es una piedra, en el cielo es una nube y con rayos es un sol”, dice Batllori.
El ninotaire, que empezó en los años setenta en la revista En Patufet, reflexiona ahora sobre la metanarrativa del dibujar. Explicado desde la experiencia y no desde el método –y, si existe un orden, rige el humor–, el ensayo gráfico de Batllori induce a coger un papel en blanco y empezar a dirigir líneas sinceras en un acto de niñez que no piensa retocar nada. Integrante de la generación de dibujantes del posfranquismo junto con Joma o Alfons López, Toni Batllori reivindica con la aguda sencillez de su trazo y de los personajes el oficio del ninotaire, que se aleja de la definición llana de dibujante en calidad de la tradición de la caricatura y la sátira política de aquí.
Sergi Pàmies presenta esta tarde en la librería francesa Jaimes la exposición de Batllori, donde se podrán encontrar los dibujos originales del libro Dibuixa’m una patata, editado por Libros de Vanguardia, el cuadro que sirvió de base para la portada y una escultura.