La toma de posesión: un momento “único e irrepetible”
En la hora del adiós, a finales del año 2011, una persona de la máxima confianza de José Luis Rodríguez Zapatero fue invitada a elegir qué acontecimiento fue más emocionante, entre dos momentos únicos de su trayectoria política. Su sorprendente elección como líder del PSOE el 22 de julio del 2000, cuando ganó por apenas 9 votos al candidato oficial, José Bono; o su imprevista victoria en las elecciones generales del 14 de marzo del 2004, tras las que llegó por vez primera a la Moncloa. Y no dudó ni un segundo en elegir la primera fecha, que convirtió a Zapatero en líder del PSOE: “¡Porque aquello sí que fue totalmente inesperado y por tanto mucho más emocionante!”. El jefe de gabinete de Pedro Sánchez en Ferraz, su fiel Juanma Serrano, fue la única persona que acompañó ayer al actual líder del PSOE al palacio de la Zarzuela, para su toma de posesión como séptimo presidente del Gobierno de España de la democracia. Y, por lo pronto, Serrano admite que el acto, debido a su trascendencia, fue “único e irrepetible”. Él mismo aguantó miles y miles de kilómetros en el viejo Peugeot 407 de Sánchez, durante la campaña interna por toda la geografía española con la que su jefe logró recuperar el cargo de líder del PSOE, contra todos los pronósticos, en las primarias del 21 de mayo del 2017. Ayer, Serrano montó junto a Sánchez ya en el vehículo de Ferraz del que dispone como secretario general del PSOE de nuevo desde hace un año, un Audi A4. Y juntos, de punta en blanco, se dirigieron a la Zarzuela. Tras la breve y protocolaria toma de posesión del cargo de presidente del Gobierno en el salón de audiencias, y una también breve y ya distendida conversación con Felipe VI y Mariano Rajoy, Sánchez y Serrano se dirigieron al palacio de la Moncloa. Allí fueron recibidos por la secretaria general de la Presidencia del Gobierno, María Rosario Pablos, que les acompañó por las distintas dependencias del complejo, desde la sala donde se reúne el Consejo de Ministros al que será, a partir de ahora, su despacho oficial. De allí, y ya a bordo del vehículo oficial del presidente, un Audi A8, volvió a casa. A diseñar cómo será su gobierno y decidir quiénes lo integrarán.