Benoit Lecomte
NADADOR DE LARGAS DISTANCIAS
El francés Benoit Lecomte (50) se ha enfrascado en la odisea de cruzar a nado el Pacífico entre Japón y EE.UU., tarea que le exigirá más de seis meses y que tiene el objetivo de reclamar la limpieza de los plásticos en los mares.
Pocas personas en el mundo podrían nadar lo que Benoit Ben Lecomte, un francés residente en Estados Unidos que, a sus 50 años, se propone recorrer a nado los 9.000 kilómetros que separan la capital de Japón, Tokio, de San Francisco, en California, toda una travesía del océano Pacífico a nado entre Asia y América. El objetivo es llamar la atención para reclamar la limpieza de los plásticos de los mares. Su proeza, si la logra, será una gran gesta.
El intento de Lecomte comenzará el próximo martes desde una playa de Chiba, cerca de Tokio y, si logra su objetivo, se completará en un periodo de entre 6 y 8 meses cuando llegue a la costa de San Francisco. Como es obvio, no estará solo en su aventura. Le seguirá de cerca un yate, el Discoverer, que le proporcionará ayuda logística y médica, y donde se refugiará cada día para alimentarse y dormir. Desde la nave se marcará en cada momento la situación exacta del nadador mediante GPS, para asegurar que cada vez que se detenga pueda reanudar el recorrido desde el mismo punto.
El propósito de Ben Lecomte es nadar cada día alrededor de 8 horas, lo que le permitiría, en función de las corrientes y la meteorología, recorrer distancias de entre 32 y 64 kilómetros diarios.
A lo largo del trayecto que Lecomte planea recorrer, pasará junto a la zona de la gran mancha de basura del Pacífico, una acumulación de 80.000 toneladas métricas de desperdicios que flotan en el mar y que abarcan 1,6 millones de kilómetros cuadrados, el doble del estado norteamericano de Texas.
Después de pasar cerca de esa desagradable zona, en la que una parte considerable son redes de pesca abandonadas, a Lecomte le espera un reto aún mayor, ya que antes de llegar a las costas de Estados Unidos le espera una amplia zona de tiburones blancos que no es, en principio, una de las mayores preocupaciones que tiene entre todos los inconvenientes que tiene su proyecto.
Para tratar de evitar a los escualos, el nadador llevará una pulsera repelente de tiburones. Su equipamiento en el agua incluirá un traje de neopreno, aletas, gafas y tubo respiratorio.
La preparación de Lecomte no ha sido improvisada. Le ha llevado siete años estar listo para este proyecto que quiere servir de concienciación medioambiental ante uno de los grandes problemas de contaminación a los que se enfrenta el mundo.
A lo largo del recorrido, desde el yate se recogerán muestras de cesio 134 y 137 para analizar de qué forma se han distribuido por el Pacífico los isótopos radioactivos del escape de la central nuclear de Fukushima a raíz del tsunami de Japón del 2011.
No es la primera vez que Lecomte se enfrenta a un reto tan mayúsculo. En 1998 ya cruzó a nado el océano Atlántico. Ahora, la proeza, si la consigue, por distancia y edad, tendría mucho más mérito todavía.