Asteroides, drones y locura
Cuatro estudiantes en beneficio de la ciencia, la tecnología y la historia
No consiguieron que sus nombres bautizaran a un asteroide del espacio como anhelaban, porque Javier López–Contreras e Ignasi Segura quedaron terceros en la mayor competición del mundo en tecnología, la Intel ISEF celebrada en EE.UU. Era necesario ganar, al menos, el segundo premio. Poco importa en realidad. El nombre de los creadores de un algoritmo capaz de automatizar la búsqueda de asteroides, premiados por la NASA, aparece ya en el firmamento de la excelencia catalana. Como los de Mat Bertandy y Adrià Barris.
Javier e Ignasi comparten alguna similitud: su gran altura (1,93 y 1,88), padres médicos y un expediente académico extraordinario en todas las materias. También el hecho de participar en el programa Joves i Ciència. El proyecto incluye procesos que nunca se habían utilizado para identificar, seguir y aportar información sobre los objetos en movimiento en imágenes del cielo nocturno, lo que ayudará a ampliar el catálogo astronómico. Javier empieza el próximo año un doble grado en la UPC y ha solicitado entrar en el programa CFIS, financiado por la Fundació Cellex. Ignasi seguirá los pasos de Javier e iniciará 1º de bachillerato en la escuela Aula. Ambos estudiaron en Jesuïtes. Añaden con humor una coincidencia más: “cuando no arreglas la impresora oyes: ‘¿no sabías tanto de esto?”.
Mat Bertandy cursa 1º de bachillerato en el colegio Montserrat. Acudió al campus de Esade en Sant Cugat con un objetivo: usar la impresora 3D pues había diseñado un dron. “Para mi asombro”, relata Mathew Laverne, director de FabLab, “en 3 horas y 15 minutos ya estaba volando su dron”. Fiel al espíritu del espacio (conectividad), el director le propuso dar clases a profesores, alumnos o cualquier vecino que quisiera aprender a diseñar o a volar. Mat es un apasionado de la robótica, a la que dedica su tiempo libre como autodidacta y en extraescolares. Ha creado un robot “conferenciante” que pilota el ponente a miles de kilómetros.
Adrià Barris, estudiante de bachillerato del instituto La Miquela de Bescanó, es autor del trabajo De boig a malalt, ganador del XIII Premio Ernest Lluch de Ciencias Sociales y Políticas de la UPF. Se trata de una exhaustiva investigación sobre la consideración de enfermo mental a lo largo de las civilizaciones, unido al estudio de los historiales clínicos que se conservan del antiguo psiquiátrico de Salt (hoy Parc Martí i Julià) desde 1870 hasta 1940, y que revisa la historia de la institución. “Se aislaba en condiciones deplorables de higiene y hacinamiento todo lo que no convenía tener en la calle. Así entraban como locos personas sin techo, solteras, viudas...”. Le impresionó especialmente el caso de una mujer que alegaba padecer fobia a su hermano; el gobernador civil y el sacerdote recomendaron su encierro para evitar un “escándalo social”. Permaneció encerrada toda su vida. Barris será psiquiatra y tratará de “dignificar” lo que denominamos “locura”.