Tan sólo esperma comunista
En Pekín ya no es suficiente con tener buena salud y unos espermatozoides vigorosos si se pretende ser donante de semen en un banco de esperma. Desde la semana pasada hay que cumplir con una nueva condición que va más allá de cualquier diagnóstico físico y es que a partir de ahora los futuros donantes deberán demostrar “cualidades políticas favorables”, un eufemismo detrás del cual se esconde la demostración de fidelidad al Partido Comunista chino. Este nuevo requisito pone de manifiesto hasta dónde pueden llevar los responsables de un organismo público el culto a la organización comunista que exige su líder, el presidente Xi Jinping, que reclama que el partido ejerza su dominio en todos los aspectos de la vida en el gigante asiático.
En esta ocasión, los protagonistas de esta peculiar petición han sido los responsables del banco de esperma del tercer hospital de la Universidad de Pekín, una de las más prestigiosas del país. En su afán por demostrar que cumplen al pie de la letra las consignas del líder, en su campaña para captar potenciales donantes de semen han añadido la condición de demostrar la lealtad al régimen. En su anuncio en las redes sociales, lanzado el pasado miércoles, precisaban que los donantes, además de gozar de buena salud, “deben amar a la patria socialista” y “abrazar el liderazgo del Partido Comunista”, según el diario South China Morning Post de Hong Kong.
En su publicidad en la red de mensajería Wechat, los encargados del centro precisaban que los interesados, además de tener entre 20 y 45 años, gozar de buena salud y no mostrar signos de alopecia, daltonismo o sobrepeso, “deben ser leales a las tareas del partido, ser dignos, respetuosos y estar libres de problemas políticos”. Unas exigencias que provocaron la burla de numerosos internautas: “El amor por el partido empieza con el esperma”, dijo uno de ellos.
La nota, que fue modificada el viernes a última hora ante el aluvión de chanzas, especificaba que los aspirantes a donar su esperma deberán pasar dos rondas de pruebas. Sin embargo, no apuntaba si en estas verificaciones se comprobará la fidelidad al Partido Comunista. Un responsable médico de la institución señaló que no se preveía ninguna supervisión y que se daría por bueno “siempre y cuando se considere adecuado”, para lo cual el donante deberá demostrar que se halla en buen estado de salud y que su calidad de semen es buena.
El anuncio precisa, asimismo, que el varón que supere las dos pruebas será retribuido. Tras pasar los dos exámenes, percibirá 200 yuanes (25 euros). Un pago que aumentará hasta los 5.500 yuanes (708 euros) cuando culmine todo el proceso, que incluye 10 donaciones en el espacio de seis meses, con el objetivo de asegurar que haya un suministro suficiente para la inseminación artificial.
A través de esta campaña, que durará hasta el 23 de mayo, el banco de esperma del tercer hospital de la Universidad de Pekín, uno de los 23 centros de este tipo que existen en China, pretende paliar así la escasez de donantes a la que se enfrenta. Una situación influida por la férrea política del hijo único que imperó en China hasta el 2016 y que se estima que evitó unos 400 millones de nacimientos. Tal planificación ha alterado la pirámide demográfica del país y ha acelerado la tasa de envejecimiento de la población.
Se desconoce si otro bancos de semen del país también impondrán la lealtad al Partido Comunista a sus donantes, pero lo que sí está claro es que las autoridades sanitarias chinas van a generalizar las campañas de solicitud de esperma, ante la creciente demanda de inseminación artificial. Ahora, las familias que piden este tratamiento se ven obligadas a esperar cerca de dos años por la escasez de donantes y a que la cifra de espermatozoides aptos no llega al 20% de todos los que se han donado, según un informe del 2016 publicado por el diario Global Times. El Partido Comunista aún no llega a controlarlo todo.
Un banco de semen de Pekín
exige a sus donantes que sean leales al Partido Comunista Las familias chinas que apuestan por la inseminación artificial deben esperar casi dos años