Cine independiente
Las productoras buscan los futuros éxitos sorpresa en el acto de Robert Redford
Sundance, en las montañas de Utah, a unos 1.200 kilómetros de distancia de Los Ángeles, inaugura su festival poniendo en sordina el clima revolucionario que parece haberse apropiado de Hollywood, con el debate sobre el acoso sexual y la igualdad de salarios.
Había pasado poco menos de una semana desde la emotiva gala de los Globos de Oro cuando, como todos los años, el palpitar de la industria cinematográfica que tradicionalmente hace de Los Ángeles su hogar se trasladó en masa hacia este pequeño complejo invernal en las montañas de Utah, a unos 1.200 kilómetros de distancia, donde el pasado jueves se inauguró el Festival de Sundance, que acabará el próximo domingo. Muchos se preguntaron si aquí continuaría el clima revolucionario que parece haberse apropiado de Hollywood, con el debate constante sobre el acoso sexual y la igualdad de salarios. Y si bien el presidente y fundador del festival, Robert Redford, en su tradicional conferencia de prensa, se refirió al tema, señalando que el papel de los hombres en el movimiento Time’s Up es simplemente escuchar y dejar que sean las mujeres las que lideren la causa, todo parece indicar que en Sundance la lucha ha optado por tomarse vacaciones. Quien logra conseguir uno de los 110 lugares en la programación del festival, que a lo largo de 10 días atrae a 50.000 visitantes que dejan 120 millones de euros en la economía local, sabe que debe aprovechar la oportunidad, sobre todo teniendo en cuenta que cada año se postulan 3.900 largometrajes de todo el mundo. A diferencia de otros festivales, cada año llegan aquí los ejecutivos de estudios y distribuidoras con sus talonarios abiertos, dispuestos a llevarse la película que al año siguiente competirá por el Oscar. Es cierto que las reglas de juego han cambiado, ya que fue en Sundance donde Fox Searchlight erró la apuesta dos años consecutivos, adquiriendo por casi 15 millones de euros El nacimiento
de una nación en el 2016, luego envuelta en un escándalo que la convirtió en un fracaso, y haciendo otro tanto con Patti Cake$ en el 2017, por la que pagó 8,5 millones de euros pero apenas pudo recaudar 650.000 en la taquilla doméstica. El año pasado, Neftlix, decidida a convertirse en la firma más poderosa junto con Amazon, abonó poco más de 10 millones de euros por Mudbound,
aun cuando ningún otro distribuidor intentase arrebatársela, sin que hasta ahora el filme protagonizado por Carey Mulligan haya dejado una marca en la carrera por los premios. Aun así, lo que está en juego es mucho, y aunque el sábado actrices, periodistas y ejecutivas salieron a marchar juntas por las calles del resort a la par de lo que ocurría en las grandes ciudades, por ahora las estrellas parecen concentradas en causar el mayor impacto posible en la alfombra roja y, sobre todo, en conseguir la ovación con el público aplaudiendo de pie, que puede equivaler a una venta segura.
Hay que admitir también que, si bien hasta ahora la calidad de lo que se ha visto es notable, no abundan los proyectos del cine independiente que satisfagan la exigencia de un cambio en cuanto a cómo se ven representadas en la pantalla las mujeres y las minorías. Uno de los filmes mejor recibidos hasta el momento,
American animals, el debut en el cine de ficción del documentalista Bart Layton, no cuenta con demasiadas mujeres en el elenco, más allá de un papel de reparto de la flamante ganadora del Globo de Oro Ann Dowd. La comedia romántica Juliet, naked, adaptación de una novela de Nick Hornby que protagonizan Rosie Byrne, Ethan Hawke y Chris Down, fue dirigida por un hombre blanco, Jesse Peretz, aunque también es cierto que otra de las películas que han dejado marca en estos primeros días, Private life, un drama sobre infertilidad con Paul Giamatti y Kathryn Hahn, marca el retorno de la directora Tamara Jenkins 11 años después del debut en Sundance de su película previa, la exitosa La familia Savages. Tal vez la muestra de que un cambio esté en marcha sea que con diferencia de horas se presentaron dos filmes que muestran el asesinato a manos de la policía de un ciudadano negro inocente, el drama Monsters and men y la comedia Blindspotting, ambas con elencos multiculturales que reflejan las complicaciones de formar parte de una minoría en EE.UU.
De todos modos, todavía queda por delante la mayor parte del acontecimiento, que incluye los debuts como directores de Paul Dano, Idris Elba y Rupert Everett, y un buen número de películas que traen hasta Park City a estrellas de la talla de Jane Fonda, Joaquin Phoenix, Jon Hamm, Robert Pattinson, Keira Knightley, Kristen Stewart, Elle Fanning, Nicolas Cage y los hermanos Jake y Maggie Gyllenhaal.
Además de las 16 películas en competición en la sección norteamericana de ficción, un número igual de largometrajes participan de la sección internacional, en la que no hay películas de España, pero sí de Argentina, Cuba y México, y otras dos secciones son de documental, una para EE.UU. y otra para el resto del mundo.
Unas 4.000 películas aspiran a estar en la meca del cine independiente, y sólo 110 son las escogidas