La ironía de ‘The square’ arrasa en los premios europeos del cine
‘Timecode’, de Juanjo Giménez, se lleva el premio al mejor corto
Ganó la favorita. Ganó The square. Ganó sin discusión posible. Sátira amable del mundo del arte a la vez que mirada descarnada sobre la hipocresía social. Con un hombre haciendo el mono, y el mono que llevamos dentro, libre, a su aire. El filme del sueco Ruben Östlund se alzó ayer con el premio a la mejor película europea del año. The square, que ya obtuvo la Palma de Oro en el pasado festival de Cannes, partía con cinco candidaturas en estos Oscars del Viejo Continente que cada año concede la Academia del Cine Europeo (EFA). Y estuvo a la altura. Además de mejor película, se llevó todo lo demás: mejor guion, mejor director, para Östlund; premio al mejor actor, para Claes Bang, el protagonista absoluto de la sátira, que la encarna con tanta convicción como para que, también, se alzara The square, con el premio a la mejor comedia del año. Pleno absoluto. El principal rival del filme de Östlund era la húngara En cuerpo
y alma, de Ildikó Enyedi. Una peculiar love story en un matadero de Budapest, ganadora a su vez del Oso de Oro en la pasada Berlinale. En cuerpo y alma competía en cuatro apartados, pero al final se quedó sólo con el premio a la mejor actriz. Alexandra Borbély, la protagonista, emocionó con su propia emoción y el premio en la mano.
Y por supuesto ganó la favorita entre los cortos: Timecode. Después de girar el mundo recogiendo premios, Juanjo Giménez, su director, con más de cien galardones cosechados con este canto de amor y danza, ganadora en Cannes y participante en los pasados Oscars, saludó desde el escenario con absoluto dominio de la situación. “Bona nit a tothom”, dijo, para luego saludar en castellano y hablar en inglés. “Somos europeos no porque esté en nuestro ADN –dijo a modo de conclusión–, sino porque nos sentimos europeos y los sentimientos no están prohibidos... Todavía”.
La entrega de los premios europeos resultó una ceremonia especialmente reivindicativa y, por momentos, excesiva. Con sitio para todas las reivindicaciones y par todos los agravios. De hecho, parecía que había tiempo para todo menos para tener en cuanta a los sufridos espectadores que tuvieron que aguantar tres horas de supuesto espectáculo.
Buena parte de las esperanzas para el cine hecho aquí estaban cifradas en el largometraje de Carla Simón, Estiu 199’, representante de España en próximos Oscars en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Competía dentro de la categoría de
European Discovery 2017, un premio que al final fue para Lady
Macbeth, de William Oldroyd, digno, inmenso, valioso contrincante que, con su premio, engrandece el filme de Simón.
La actriz y directora francesa Julie Delpy, reconocida con un premio a toda su carrera, habló a su vez, con humor y pasión, de sus peor experiencia en sus 35 años en las pantallas. No resultó un nuevo caso de acoso. Pero casi. Habló de su próxima película que ha perdido la financiación porque el productor no confía en una mujer. Pero no se rinde, como nunca se ha rendido a lo largo de sus 35 años de carrera, dijo, y ayer mismo inició un sorteo para financiar el filme pendiente. El premio: un almuerzo con ella misma como compañera de naranjada y tostadas. Risas por ella y un poco de cansancio, la verdad, por la puesta en escena. El director ruso Alexander Sokurov, a su vez, con el rigor y la sobriedad de su propio cine, recibió el otro premio honorífico de la velada.
En alguna de tales evocaciones participó con una ignorada vis cómica Àlex Brendemühl, el actor de los sentimientos interiorizados y mirada eternamente perturbada, que aquí, en Berlín, se abrió en canal hacia fuera, en un ejercicio de extroversión poco habitual, demostrando las desconocidas posibilidades cómicas que tiene este actor “de la contención” que es Brendemühl.
Ademas de mejor película, ‘The square’ se lleva también el premio al guion, actor, director y comedia La actriz y directora francesa Julie Delpy habló con humor y pasión de sus 35 años de carrera en el cine