Bocadillos de atún y cafés a 23 céntimos
Finalizada la rueda de prensa en la cárcel Modelo de Barcelona, Carles Mundó hizo un aparte con los trabajadores del Departament de Justícia que habían estado a sus órdenes. Quisieron conocer su día a día en la cárcel de Estremera y el exconseller no se privó de nada. Entre otros, aseguró que los otros presidiarios, cuando supieron que es abogado, se le avalanzaron para consultarle a menudo cuestiones de extranjería o temas de permisos. Además, según explicó, muchos de los internos no entendían qué hacían los miembros del Govern destituido en prisión. Durante el diálogo, hubo un apartado para las comidas. “La comida es aburrida. Muchas frituras y todas tienen el mismo sabor”, por lo que confesó que el mejor recurso en la prisión eran los bocadillos de atún: “Comía muy a menudo”. Detalló, además, el precio de los cafés: 23 céntimos. La conversación duró más de media hora. Mundó aseguró que recibieron centenares de cartas y que para responder algunas de ellas llegaron a agotar las existencias entre todos los exconsellers de sobres y sellos. Se sorprendió de un hecho: que dentro de la prisión nadie toca nada del prójimo –“ni una cocacola”– porque todo el mundo sabe que si no exponen al resto de reclusos del módulo a un castigo. La conversación fue larga y distendida, con el habitual sentido del humor del exconseller, con detalles incluso sobre fútbol: Mundó aseguró que muchos de los internos simpatizan con el Barça, “sobre todo los extranjeros”.